La Selección de Rusia tiene los reflectores sobre ella para esta Copa del Mundo, pero no por ser el rival a vencer sino por ser el anfitrión, etiqueta que le aumenta la presión para tener una actuación decorosa y no quedar fuera de toda posibilidad desde la fase de grupos.
Hasta el momento, sólo Sudáfrica ha quedado fuera de la Fase Final como equipo anfitrión en 2010 y los rusos no quieren acompañarlos en esa lista de quemados, pero su misión luce complicada, aunque su grupo parece ‘puesto a modo’, Uruguay y Egipto lucen mejor nivel que ellos.
Otro aspecto negativo que han tenido que sortear es la mancha que dejó sobre el deporte ruso el caso de dopaje de atletas que privó al país de competir en los Juegos Olímpicos de Invierno.
Los seleccionados rusos fueron sometidos a varias pruebas para descartar que también fueran parte de ese sistema estatal de trampa. Y salieron bien librados, luego de que no se les encontrara ninguna sustancia prohibida, por lo que la FIFA suspendió toda indagatoria.
Un aspecto que les jugó como ‘beneficio-perjuicio’ fue que no disputó eliminatorias al ser país anfitrión, pero esto mismo redujo los juegos oficiales para poner el equipo a punto y alcanzar el nivel requerido para enfrentarse a Faraones, Charrúas y Arabia Saudita.
Son los egipcios y sudamericanos los que amenazan con quitarle el protagonismo a los rusos, ya que son los candidatos a pasar a la siguiente fase simplemente por las estrellas de sus equipos. Los Faraones están guiados por Mohamed Salah, mientras que Uruguay tiene a Luis Suárez.
Rusia será el encargado de inaugurar el Mundial con el primero partido del torneo frente Arabia Saudita el 14 de junio, para después enfrentar a Egipto el 19 y cerrar la fase de grupos el 25.
Con el arquero Igor Akinfeev y el atacante Fyodor Smolov como figuras, ante la lesión del delantero Aleksandr Kokorin, el equipo de casa no tiene muchas esperanzas de llegar lejos.
Luego de haber pagado grandes cantidades de dinero por entrenadores internacionales como Fabio Capello o Gus Hiddink, quienes no entregaron los resultados que se esperaban, la federación rusa apostó por Stanislav Cherchesov, un entrenador local sin logros importantes y que no ha convencido del todo.