Mundial politizado
El torneo en Rusia ha sido la ventana perfecta para expresar mensajes con fines políticos, pese a que la FIFA insta a sus afiliados a mantenerse ajenos a esos temas, pero esto ha sido ignorado por algunos equipos y jugadores
Manuel SebrerosUna de las prioridades de la FIFA es mantenerse ajena de los temas políticos, con la finalidad de no hacer enojar a ningún gobierno. Pero el futbol ha dejado de ser un simple deporte y principalmente el Mundial es tomado como una ventana para dar a conocer posturas, movimientos y sentimientos nacionales.
La FIFA exige tanto a jugadores, directivos y hasta al público no involucrar temas controversiales con el juego, pero estas advertencias han sido ignoradas.
Sin embargo, el presidente de la organización Giani Infantino es asiduo visitante de los diferentes gobernantes y durante la Copa del Mundo ha estado muy cerca del presidente de Rusia Vladimir Putin, siempre intentando quedar bien con los poderosos.
El caso que más ha llamado la atención durante el torneo es la polémica generada por los jugadores de Suiza Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri, quienes marcaron los goles de la victoria ante Serbia y festejaron formando el águila bicéfala de la bandera de Albania, lo que molestó a los serbios y les originó una multa de 10 mil dólares.
Kosovo es una provincia que perteneció a Serbia, con población mayoritaria albanesa, que se independizó en 2008 pero Serbia no lo ha reconocido y lo considera aún como parte de su territorio, aunque la FIFA reconoce a las dos federaciones.
“No tengo dudas de que puedes sentir emociones patrióticas por la tierra que te ha acogido sin olvidarte de tus raíces”, indicó el ministro suizo de Relaciones Exteriores, Ignazio Cassis.
El tema rebasó las canchas y se trasladó al ámbito político, ya que también el ministro del Deporte en Suiza apoyó a los jugadores, mientras que en Serbia los medios de comunicación consideraron como una severa provocación la celebración de los futbolistas, así como los zapatos de Shaqiri, uno con la bandera helvética y el otro con la de Kosovo.
Durante el partido, los jugadores suizos de origen kosovar fueron abucheados por los aficionados serbios, lo que también generó molestia pero la FIFA no lo tomó en cuenta.
En respuesta, el entreador de Serbia, Mladen Krstajic, arremetió contra el árbitro alemán de ese juego y pidió que lo juzgaran en el Tribunal de La Haya.
Por los derechos
Otro tema político que se ha colado durante el Mundial es el movimiento Open Stadios el cual tomó notoriedad durante los juegos de Irán, ya que en ese país musulmán las mujeres no tienen permitido ingresar a los estadios deportivos, porque no forma parte de sus derechos.
Las mujeres iraníes refugiadas en Rusia aprovecharon que ese país no tiene restricciones para entrar a los juegos de su selección y difundir los mensajes en pancartas en las que piden que en su nación se les retire la restricción.
Inclusive, En Teherán se permitió que las mujeres acudieran a ver la repetición del juego contra España, aunque en un inicio no las dejaron entrar, después ya pudieron pero bajo la supervisión de la policía.
La FIFA ya castigó a los jugadores suizos, a Polonia, Dinamarca, Argentina, Croacia, Serbia y México por distintos temas de tinte político y de ofensas sexistas o discriminatorias.
El problema serbio-albanokosovar
Durante el partido de Eliminatoria para la Eurocopa de 2016 entre Albania y Serbia se presentó una situación que terminó en la suspensión del juego por una bronca entre ambas selecciones.
Albania y Serbia jugaban en Belgrado por primera vez desde 1967, y al minuto 43 un dron desplegó una bandera de los territorios que Albania reclama a Serbia. Sergio Mitrovic arrebató la bandera y se generaron las agresiones, por lo que el árbitro suspendió el duelo.
Para ese encuentro, la UEFA había determinado que no acudieron aficionados visitantes para evitar problemas.