Un policía antidisturbios griego que resultó lesionado por el disparo de una bengala durante un ataque de fanáticos hace tres semanas murió en un hospital a consecuencia de sus lesiones, informaron autoridades de salud el miércoles.
El 7 de diciembre, un grupo de fanáticos abandonó un partido de voleibol para atacar a la policía antidisturbios que estaba estacionada afuera del estadio con bengalas y bombas de gasolina.
En el ataque se cree que estuvieron involucrados grupos organizados de aficionados al fútbol.
El oficial Giorgos Lyggeridis, de 31 años, recibió un disparo en el muslo y sufrió graves daños arteriales.
El enfrentamiento provocó una fuerte ofensiva gubernamental en contra de la violencia deportiva.
Un hombre de 18 años ha sido arrestado y acusado de disparar la bengala.
El ministro de policía de Grecia, Giannis Economou, expresó sus condolencias a la familia del policía y pidió una “alianza social firme contra la violencia”.
Prometió que los esfuerzos policiales continuarán “hasta identificar a todos aquellos que organizaron, coordinaron y armaron” a los participantes en el ataque del 7 de diciembre.
Han tomado medidas drásticas
El gobierno de centroderecha ha ordenado que todos los partidos de Primera División del futbol de Grecia se disputen sin aficionados en los estadios durante dos meses.
Asimismo, los equipos deben instalar cámaras de vigilancia dentro de los estadios, así como organizar sistemas de venta de boletos personalizados antes de que se permita el regreso de los espectadores.
Vale decir que la violencia ha azotado al futbol griego durante décadas, a pesar de los repetidos esfuerzos para reprimir a las asociaciones de seguidores acusados de los ataques, que en su mayoría ocurren a las afueras de los estadios.