A romper la maldición

La historia está para escribirse y las maldiciones para romperse.

 

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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La historia está para escribirse y las maldiciones para romperse.

 

En pleno Día de Muertos y posterior a Halloween, Cachorros de Chicago está a punto de “enterrar” para siempre el estigma que le persigue durante más de un siglo, luego de ganar ayer a Indios de Cleveland con una contundente pizarra de 9-3 y forzar a un séptimo y definitorio partido la Serie Mundial 2016.

 

Lo increíble es que Cubs tenía dos juegos de desventaja y llegaba como víctima a Progressive Field, territorio donde se ha fortalecido.

 

En caso de ganar una vez más hoy, Chicago se adjudicará su primer Clásico de Otoño desde 1908 y además espantaría para siempre la maldición de la cabra, que data desde 1945, su última aparición en Serie Mundial.

 

Con tres cuadrangulares, incluido un rally de cuatro carreras en la parte alta de la tercera entrada, los Cubs se acercaron más a su objetivo.

 

En el momento cumbre del juego, Addison Russell (que impulsó seis carreras) pegó un jonrón con la casa llena, el segundo de la noche para los Cubs, que sorprendió a los fanáticos en Progressive Field, quienes veían cómo la ventaja de dos juegos se esfumaban para su “Tribu”.

 

El maderazo de Russell remolcó a Kyle Schwarber, Anthony Rizzo y Ben Zobrist para poner tierra de por medio en el juego.

 

Antes de eso, en la primera entrada, Kris Bryant abrió el partido con un cuadrangular que puso la primera carrera de la noche.

 

Acto seguido, el concierto de batazos continuó con el elevado de Russell a jardín central que remolcó a Rizzo.

 

Por Cleveland, Mike Napoli pegó sencillo en la cuarta que provocó que Jason Kipnis pasara por la caja registradora en la cuarta entrada, mientras que el mismo Kipnis conectó cuadrangular en la quinta para acercar la pizarra 7-2.

 

Rizzo cerró el juego con otro cuadrangular más en la novena, productor de dos carreras, que también remolcó a Bryant para el 9-2, mientras que Roberto Pérez de Cleveland impulsó una anotación más para colocar la pizarra 9-1 de manera definitiva.El pitcher ganador fue Jake Arrieta, quien actuó 5.2 entradas, permitiendo tres hits, dos carreras y recetó nueve ponches, empatando el segundo mejor registro en un Clásico de Otoño desde 1906.

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