Una soberbia actuación de Luka Doncic condujo a Eslovenia a un triunfo por 118-100 sobre la subcampeona del mundo, Argentina, en el debut de ambas selecciones en los Juegos Olímpicos de Tokio.
La actuación de Doncic, de 22 años, fue destacada. Por momentos parecía ocupar todos los espacios del Saitama Super Arena, imponiendo su jerarquía en los triples, anotando debajo del aro, colaborando en rebotes defensivos y asistiendo a sus compañeros.
El jugador de los Maverics de Dallas anotó 48 puntos y confirmó por qué es considerado uno de los mejores del mundo al convertirse en una verdadera pesadilla para el conjunto argentino.
Casi no hubo manera de pararlo. El inicio del juego fue demoledor. Doncic tuvo 3 aciertos seguidos en sus primeros tres tiros de tres puntos, un presagio de lo que sería el resto del partido. En la tarde de Saitama, hizo pesar sus 2,01 metros y desplegó toda su variedad de recursos técnicos también en distancias cortas.
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La actuación de la figura eslovena dejó boquiabierto incluso al exjugador argentino Emanuel Ginóbili, emblema de la generación dorada que obtuvo el oro en Atenas 2004.
“Tremendo dominio del juego de parte de Doncic. 31 puntos en un tiempo. Una bestia”, dijo el exescolta de San Antonio Spurs al final de la primera parte.
Eslovenia se fue al descanso con una cómoda ventaja de 62-42. La diferencia no fue sólo por la labor de Doncic sino también por la pobre tarea ofensiva de Argentina, con apenas un acierto de ocho tiros de tres. Dentro de una producción magra de la albiceleste, Luis Scola, el único sobreviviente de la generación dorada, fue el más destacado con 23 puntos.
First one🙏🇸🇮❤️ #miSlovenci #Olympics pic.twitter.com/npwKb6YqAv
— Luka Doncic (@luka7doncic) July 26, 2021
Argentina se fue deshilachando en la segunda parte. Con nueve de los 12 jugadores que conquistaron el subcampeonato en China con Facundo Campazzo como figura, se alejó en el marcador a partir del tercer cuarto. Sintió especialmente la falta de creatividad del base de Denver, que mostró menos lucidez de la habitual en ataque.
El entrenador argentino, Sergio Hernández, debió esforzarse para intentar mantener a su equipo en el partido en la segunda parte, cuando Eslovenia llegó a amasar una ventaja de 30 puntos. A partir de entonces, la tarea de la albiceleste fue evitar que Eslovenia se escapara más en el marcador y que la caída se convirtiera en una derrota catastrófica.