Como si las alas de la diosa Niké, la de la victoria, se hubieran posado sobre él para sostenerlo en el aire, Angelos Charisteas remató de cabeza para lograr el gol que le dio el pase a la inmortalidad a los 23 jugadores que lograron el mayor éxito en la historia del futbol de Grecia, al ganar la Eurocopa 2004.
No solo fue la proeza de ganar el torneo europeo, ya que esta generación dorada helénica venció a las potencias que se enfrentó y a Portugal, el anfitrión, le derrotó dos veces, en la inauguración y en la Final, provocando las lágrimas de frustración de Cristiano Ronaldo.
Por este logro, los aficionados desbordaron las calles por toda la nación griega, especialmente en la capital, Atenas, donde los 23 futbolistas y el cuerpo técnico fueron recibidos con el grado de héroes, como si hubieran ganado la Guerra de Troya.
“No olvidaré nunca que cuando regresamos a Grecia nos esperaba todo el país en las calles para celebrar juntos. Esta energía en las calles fue para mí lo mejor que he vivido como futbolista”, recuerda Charisteas en entrevista para Reporte Indigo.
Además del valor y haber convertido la defensa en su fortaleza, el conjunto griego de hace 15 años tuvo a su Sócrates que los guió con sabiduría. El entrenador alemán Otto Rehagel, quien adoctrinó a la perfección su filosofía a los jugadores.
“(Grecia) tenía grandes jugadores con capacidad, tenía un enorme nivel de confianza como equipo e individualmente. Tenía un maestro guía, Rehagel, que estuvo cerca de los jugadores y tenía altos niveles de cooperación dentro y fuera de la cancha de los 23 jugadores de la Euro 2004”, recuerda el mediocampista Kostas Katsouranis para Reporte Indigo.
Selección de Grecia, camino a la gloria
El sorpresivo triunfo ante Portugal se tomó como una casualidad, pero así como Alejandro Magno conquistó parte de Europa y Asia media, el equipo nacional de Grecia fue doblegando a sus rivales, en Fase de Grupos le empató a España y luego cayó con Rusia. En la ronda a muerte Francia, República Checa y de nuevo Portugal sucumbieron ante la fórmula del ‘gol gana’.
Aunque no tenían grandes reflectores, la generación de Grecia en 2004 contaba con jugadores importantes que estaban en los mejores equipos europeos, incluso, al final como campeón tuvo al portero Antonios Nikopolidis, los defensas Traianos Dellas y Giourkas Seitaridis, su capitán Theodoros Zagorakis y al delantero estrella Angelos Charisteas en el Equipo Ideal del torneo.
“El equipo de 2004 tuvo una historia de éxito basada en el hecho de que todos los jugadores estábamos muy unidos entre nosotros, teníamos futbol de calidad, jugábamos casi todos en buenos equipos”, añade Charisteas.
Logro desaprovechado
Una hazaña así solo ocurre una vez y como si el dios Zeus les hubiera dado la espalda, la generación dorada del 2004 se quedó en eso, pues a la siguiente Eurocopa perdieron los tres partidos de la Fase de Grupos y todavía alcanzaron a llegar al Mundial de Sudáfrica 2010, donde fueron eliminados en la primera ronda.
A la fecha Grecia cuenta con jugadores de gran nivel repartidos en los mejores equipos, a nivel selección no han vuelto a colocarse entre los competitivos.
“La herencia, lamentablemente, solo fue para los nuevos futbolistas que llegaron al equipo principalmente después de 2006, cuando varios chicos de 2004 se retiraron. Ingresaron a un equipo que funcionaba como máquina, que tenía el objetivo de consolidar y validar los logros que siempre estuvieron presentes en las grandes competiciones”, añade Katsouranis.