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Lo ‘tóxico’ del América

Ser del club con más títulos en el futbol mexicano, el más reciente campeón, el que tiene más afición y el que más invierte cada temporada son razones suficientes para ver el morbo que despertó la salida del técnico Gustavo Matosas.

Aunque la decisión tiene dividida a la hinchada americanista, pues algunos esperaban más espectacularidad de su juego y otros que se le diera más tiempo para trabajar. Da igual, en el Club América solo la directiva manda y desde su perspectiva ya no hubo tiempo para su continuidad en el banquillo.

6
meses duró Gustavo Matosas como entrenador del Club América
"Hay diferencias al diseñar al equipo. Ahorita no puedo darle lo que me está pidiendo Gustavo. El semestre pasado se hizo un gasto fuerte, en este momento en América lo que importa es darle continuidad al plantel"
Ricardo PeláezPresidente deportivo Club América

Ser del club con más títulos en el futbol mexicano, el más reciente campeón, el que tiene más afición y el que más invierte cada temporada son razones suficientes para ver el morbo que despertó la salida del técnico Gustavo Matosas.

Aunque la decisión tiene dividida a la hinchada americanista, pues algunos esperaban más espectacularidad de su juego y otros que se le diera más tiempo para trabajar. Da igual, en el Club América solo la directiva manda y desde su perspectiva ya no hubo tiempo para su continuidad en el banquillo.

Desde hace semanas ya se rumoraba. Que si no hizo grupo y el que existía se deshizo, que si nadie lo aguantaba en el club, que si desgastó la relación con la gerencia o lo más importante, que si fracasó en la Liga apenas en los Cuartos de Final contra Pachuca.

A Gustavo Matosas lo importaron del León porque Antonio Mohamed tampoco llenó el ojo en estas Águilas que deben ser espectaculares en la cancha.

La agresividad de los Panzas Verdes no llegó con Matosas. Los de Coapa marcaron 21 goles, siete menos que los que hicieron cuando eran dirigidos por el “Turco” en el Apertura 2014, pero parece que lo futbolístico no fue precisamente lo que lo tumbó del banquillo.

Solo Peláez manda

Una vez más y como sucedió hace apenas seis meses con Antonio Mohamed, en el Club América nadie pasa ni pasará por encima de la autoridad de su presidente deportivo, Ricardo Peláez.

Es el directivo más exitoso de los últimos cinco años y sus resultados lo respaldan en su cargo. Lo que nadie termina de entender es cómo en menos de un año y medio ha visto pasar a tres diferentes directores técnicos en el banquillo azulcrema.

Con la salida de Miguel Herrera, todo ha sido tormento en la oficina de Peláez. Parece que sus entrenadores no superan sus expectativas y cuando piensa en que algo se pone mal se deshace de ellos, como si faltara ese diálogo básico que sostienen aspirante y reclutador previo a la contratación de un candidato.

Sueñan en la Noria

Corrió la voz, Gustavo Matosas sale del América, y en Cruz Azul se frotaron las manos. El mismo día en que se anunció la baja del uruguayo, el equipo de La Noria le dio las gracias a Luis Fernando Tena.

Coincidencia o no, rumores apuntan a que Matosas se quedará otro rato a dirigir en la capital del país. Ésta vez, al frente de la Máquina Cementera que no ve la suya para volver a levantar un trofeo de campeón desde hace más de 17 años.

La confianza que faltó

En el América de Gustavo Matosas ya no había comunión. Lo que no es tan claro de explicar es si al uruguayo le faltó un plantel de confianza o le faltó confianza a su propio plantel.

Este juego de palabras sale a colación por el divorcio que existía entre el estratega y ciertos elementos estelares. Por eso la necesidad de declararlo a la prensa, de decir que tenía jugadores “tóxicos” dentro del equipo y la cosa terminó en que para Ricardo Peláez el “tóxico” resultó ser el mismo entrenador.

Matosas quería la salida de Darwin Quintero y Paolo Goltz, más otros tres de sus compañeros, o sino no continuaba. También pidió refuerzos, algunos nombres que ya había manejado la prensa, pero de todo no le dieron nada.

“Hay diferencias al diseñar al equipo. Ahorita no puedo darle lo que me está pidiendo, por el momento no hay presupuesto”, declaró Peláez como principal motivo en este divorcio.

Cuando Gustavo habló con la directiva sobre estas condicionantes, Peláez no permitió que el técnico pasara por encima de su autoridad y la relación terminó. “Aquí lo importante es la estructura de la institución, no importa quién esté de directivo, no importa quién esté de director técnico”, aclaró el directivo.

Sin dignidad y sin título

No queda claro si en esta novela, Matosas es el bueno o el malo. Tal vez es la víctima porque tuvo la intención de formar su propio equipo y no lo dejaron.

Quizá fue el victimario, dadas las expectativas y promesas que no pudo cumplir, como la más importante: el bicampeonato que América debía ganar con tan importante nómina en el plantel.

Su nombre, como el de Antonio Mohamed, ya se manchó. El fracaso de pasar solo seis meses en el equipo más importante de la Liga MX reduce su valor monetario. Aunque no faltará quién le ofrezca en próximos días lo suficiente por sus servicios.

Lo que perdió Matosas tiene que ver con su dignidad como estratega. El querer decidir, mandar y hacer, sin llegar a concretarlo, es ahora más penoso por haber sucedido en las Águilas. Pero si se va, es porque ya no disfrutaba su trabajo futbolístico.

“Yo no estaba disfrutando del juego del equipo, no era un tema de la institución”, dijo Matosas en la conferencia de ayer.

Si bien consiguió el pase al Mundial de Clubes ganando la Concacaf Liga Campeones en Montreal, el uruguayo se va del América sin el título de Liga MX, el que todos quieren y aspiran de forma primordial.

“No cuido la chamba, busco disfrutar. Me gusta lo que hago, lo hago con pasión pero necesito disfrutar también”, dejó en claro el estratega.

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