La cuarentena ha sido un problema para la ciclista mexicana Lizbeth Yareli Salazar, quien además de no tener actividad deportiva por tres meses por la emergencia sanitaria, ha debido pasar este periodo superando una serie de complicaciones en su preparación.
Lizbeth está lista para iniciar la temporada de competencias representando al equipo de ciclismo femenil Astana de Kazajistán, y para llegar a octubre en ritmo a las primeras fechas en ruta no ha dejado de entrenar aunque sea con limitaciones.
“Las competencias en Europa ya están abiertas y yo voy a empezar a competir del primero de octubre a mediados de noviembre, voy a estar en muchos eventos con mi equipo, el Astana, casi cada fin de semana”, indica.
anadora de una medalla de plata y una de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, la ciclista mexicana comenzó a sortear dificultades cuando comenzó la pandemia en Europa, pues ella se encontraba en Italia, pero tuvo oportunidad de regresar a Culiacán antes de que cerraran las fronteras italianas.
Asimismo, ya en casa, Lizbeth Yareli aprovechó el confinamiento para recuperarse de una caída que la lastimó cuando participaba en el Campeonato Mundial, en Berlín, Alemania, en febrero pasado.
“Tuve una caída muy fuerte en el Campeonato del Mundo, con ayuda del doctor Raúl Carrillo, de la CONADE, y de la Federación, me atendieron excelente. Tenía dos terapias al día para salir lo más rápido posible y empezar a entrenar para los Juegos (Olímpicos), pero no daban las fechas, obviamente ya no iba a llegar en una forma excelente para un buen resultado”, relata.
Aunque para una gran parte de deportistas la postergación de Tokio 2020 fue una mala noticia, para Lizbeth Salazar fue lo contrario, ya que además de estar cansada por lo ocurrido a inicios de año, debió ser operada de emergencia de apendicitis, por lo que está a la espera de ser dada de alta para volver a los entrenamientos.