Sin control

La violencia no cesa en el futbol mexicano.

Después de los acontecimientos entre aficionados en Veracruz, las lesiones a jugadores como Hirving Lozano, Isaac Brizuela y Andrés Andrade en la reciente semana, ahora le  tocó al arbitraje con el cabezazo que propinó Pablo Aguilar, defensor del América, al silbante central Fernando Hernández, en el partido de octavos de final de la Copa MX que las Águilas jugaron ante Xolos de Tijuana.

Juan Reyna Loa Juan Reyna Loa Publicado el
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Meses El castigo máximo por agredir a un silbante en México
La última vez que un futbolista fue suspendido por un año por una agresión a un silbante, ocurrió en 1998 cuando Christian Zermatten dio un cabezazo a Felipe Ramos Rizzo
Ayer trascendió que los árbitros organizarían una huelga en caso de que Aguilar y Triverio no fueran sancionados de manera ejemplar luego de las agresiones en Copa MX

La violencia no cesa en el futbol mexicano.

Después de los acontecimientos entre aficionados en Veracruz, las lesiones a jugadores como Hirving Lozano, Isaac Brizuela y Andrés Andrade en la reciente semana, ahora le  tocó al arbitraje con el cabezazo que propinó Pablo Aguilar, defensor del América, al silbante central Fernando Hernández, en el partido de octavos de final de la Copa MX que las Águilas jugaron ante Xolos de Tijuana.

Mientras que el argentino Enrique Triverio tiró un manotazo en el pecho del juez central Miguel Ángel Flores en el cotejo ante Morelia, correspondiente a la misma instancia.

Aguilar y Triverio se une así a varios casos en el balompié nacional con futbolistas que han agredido al árbitro de una u otra manera y algunos, inclusive, han recibido castigos ejemplares.

Aunque algunos medios aseguraban que en Tijuana el silbante Hernández había reportado el incidente como “agresión al cuerpo arbitral”, la Federación Mexicana de Futbol lo catalogó como “Conducta Violenta”, por lo que recibiría de uno a tres partidos de castigo, de acuerdo con el reglamento.

Si su actitud fuera consignada como agresión, entonces el castigo debería aplicarse mayor, de acuerdo con lo estipulado en el artículo 18, inciso “n”del Reglamento de Sanciones de la Federación Mexicana de Futbol, donde establece que quien agreda a los oficiales de partidos por cualquier medio recibirá “1 año de suspensión en todas sus funciones y una multa de 36 a 450 UMas”.

Sin embargo, en la época moderna, continúa sin marcarse un precedente en cuanto a sanciones ejemplares sobre hechos violentos se refiere.

La última ocasión que un futbolista fue suspendido por un año debido a una agresión de tal magnitud sucedió en agosto de 1998, cuando en un partido del torneo Invierno, el argentino Christian Zermatten de los Pumas dio un cabezazo al árbitro Felipe Ramos Rizzo, a la finalización de un encuentro ante Guadalajara en Ciudad Universitaria.

Ramos Rizzo había expulsado a Zermatten en el último minuto y, al momento de que silbó el fin del juego, el jugador se acercó al juez central y lo agredió.

A principios de septiembre, la Comisión Disciplinaria suspendió al jugador un año de las canchas, convirtiéndose así en el décimo futbolista al que le aplicaban dicha sanción en la historia del futbol mexicano.

Mientras que en 1997, el español Carlos Muñoz, delantero del Puebla, fue “congelado” durante seis partidos por intento de agresión al árbitro Gonzalo González en un encuentro ante el Celaya.

RUBENS NO SE SALVA

Otro jugador que agredió a un árbitro y recientemente está inmiscuido en el ojo del huracán e inhabilitado de manera indefinida, es Rubens Sambueza.

Jugando para Estudiantes Tecos, el 29 de diciembre de 2010, empujó con el pecho al árbitro Rafael Medina en un partido amistoso ante Atlas en el Estadio Jalisco.

El reglamento de Sanciones incluye cualquier tipo de agresión para ser suspendido un año de las canchas, sin embargo, Sambueza sólo recibió cinco partidos, mismos que pagó al inicio del torneo Clausura 2011.

Otro caso fue el de Jesús “Cabrito” Arellano, quien de la misma forma, dio un “pechazo” al árbitro César Gómez en octubre de 2007, y fue suspendido cinco partidos del torneo Apertura 2007.

La acción se dio en un encuentro ante Pachuca, cuando el capitán rayado reclamó una tarjeta amarilla otorgada al defensor Pierre Ibarra y, ante reiteradas protestas, Gómez decidió expulsarlo.

Ahora, tras la violencia en las gradas y las conductas antideportivas de los jugadores, la Liga MX deberá poner mayor atención sobre este tema para próximos encuentros… pues inclusive los árbitros amenazan con hacer huelga en caso de que continúen.

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