España disfruta el ser campeón. El ser favorito y demostrarlo. “La Furia” domina el arte de la posesión del balón y por esto es muy complicado ganarle, sin embargo, “Les Bleus” ya habían llegado lejos, era tiempo de arriesgar, ganar o morir, pero aquí sí no había un convencimiento de “a qué jugar”.
La estrategia fue muy conservadora, no con miedo, eso los franceses no lo conocen, pero sí demasiado respeto y eso, traducido al idioma del futbol, es casi un suicidio.
Por ahí del minuto 20 “La Furia” lo tenía todo controlado como en script de película, en donde el final es predecible y el interés radica en el argumento para lograrlo.
Jordi Alba, el lateral del Valencia, se acerca a la banca pidiendo agua, cuando está por llegar algo le grita Don Vicente del Bosque, Jordi reacciona y corre hacia el centro sin perderse la jugada, luego hace la pasada a su banda izquierda.
El virtuoso de virtuosos
Aparece entonces Andrés Iniesta (¿Quién más?) con el balón pegado a sus pies. Lo tiene medido, como si un hilo invisible lo amarrara a su botín.
Jordi “lee” la intención de Iniesta y pega la carrera, Iniesta lo lanza, Jordi tiene sed pero no importa, va encarrerado, para su fortuna el lateral Mathieu Debuchy tropieza dejando un eje vial sin semáforos para el Jordi que entra al área sabedor, eso sí con certeza absoluta, que por allá por el otro costado…
Alguien cerrará…
La pinza, es el látigo español ensayado una y otra vez hasta el cansancio.
Esta vez el que entra es Xabi Alonso que celebra su partido 100 con “La Furia”, pega un carrerón para recibir el centro preciso y precioso, mete un cabezazo certero con tal convencimiento que el gol ya no sorprende a nadie.
Es el gol que pone las cosas en su lugar, no basta dominar, controlar, hacer “Toritos” y mover 20 pases seguidos.
Siempre hay uno o dos españoles desmarcados para frustración del rival, eso lo sabemos todos, pero una cosa es saberlo y otra contar con el antídoto que “Les Bleus” no encontraron.
No basta eso del “Tru-Tru”, hay que demostrar ese dominio en el único lugar que cuenta, allá en lo alto del marcador.
Ahí, en esa jugada se define…
El respeto excesivo
La Francia de Laurent Blanc ya no tiene para más, hasta aquí llegaron, no merecían ni más ni menos y ellos lo saben.
Sin embargo, queda en el ambiente esa sensación frustrante de que algo o mucho dejaron de hacer, y eso es asumir riesgos, buscar variantes aunque en el intento los liquidaran con otros tres, es igual, aquí es matar o morir.
Francia se muere de respeto, demasiado respeto a España que alcanza las Semifinales sin angustia pero eso sí, con un tremendo esfuerzo colectivo en los 95 minutos del partido.
La importancia de ser Alonso
Vaya fin de semana para los que se apellidan Alonso.
Unos pueden presumir de ser parientes lejanos de Xabi Alonso, aunque aquí muchos caerían en su propia trampa, Xabi es hijo de Periko Alonso, también futbolista, orgullosamente originarios de Guipuzcoa, provincia del País Vasco.
Por esto no fue casualidad que en la tribuna de la Arena Donbass de Donetsk ondearan varias banderas del País Vasco.
De hecho Xabi hizo la tarea jugando para la Real Sociedad de San Sebastián, para emigrar al Liverpool, en donde triunfa al grado de ser contratado por el Real Madrid.
‘El otro’ alonso
Otros Alonsos se quedarían con las ganas de decir que algo los une con el campeonísimo y hoy, al menos para mí, el mejor piloto de Fórmula Uno, Fernando Alonso, cuya victoria histórica remontando 11 lugares en el Gran Premio de Europa le permite recuperar el liderato del campeonato 2012.
Éste Alonso es asturiano hasta la pared de enfrente, nacido en Oviedo, la capital del Principado de Asturias, provincia también del norte español.
Fin de semana pues en que el deporte español festeja su calificación a Semifinales con los dos goles de Xabi, el vasco y el triunfo histórico en el GP de F1 en Valencia de Fernando, dos Alonsos del norte de España… ¡Salud por ellos!
Ronaldo con los suyos… ¡contra los suyos!
Muchos factores y coincidencias pueden encontrarse previo a la Semifinal que protagonizarán España y Portugal este miércoles en la Arena Donbass de Donetsk.
Que si forman parte de la misma península, que por siglos han convivido en paz aunque han habido tiempos de guerra curiosamente disputada en territorio sudamericano.
Que si el idioma es similar, que si hay gran intercambio comercial y cultural, que si Pepe y Coentrao juegan para el Madrid, que si el técnico del Real, José Mourinho, el único cuyo ego alcanza el nivel de Cristiano Ronaldo, es portugués y conoce a sus jugadores que juegan con “La Furia”, además de haber estudiado hasta lo que desayunan los del Barcelona, que hoy son compañeros de los suyos en la selección de España.
Aunque Mourinho no dirige a Portugal a lo mejor podría darles una llamadita, en fin, podríamos escribir una lista interminable, solo que para millones y millones de aficionados al futbol toda esta coincidencia se reduce a una: Cristiano Ronaldo enfrenta a “sus” compañeros del Real y a sus archirivales del Barca, todos ellos metidos y hermanados en la camiseta de “La Furia Española”, es más, su compañero y gran amigo, Alvaro Arbeloa, el lateral del Madrid, será el encargado de marcarle cada vez que el “Pavo Real” se meta en territorio español.