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El forzado ingreso al estadio de la Defensa Aérea para ver el partido entre el Zamalek y ENPPI en El Cairo, desató una riña campal entre aficionados y la policía, que dejó un saldo de 22 muertos, decenas de heridos y una nueva tragedia en la historia del futbol.
Previo al primer partido con público, luego de la medida de seguridad implementada en el futbol egipcio tras los sucesos acontecidos en el estadio de Port Said en 2012, la sangre y muerte regresaron para empañar el espectáculo deportivo.
Los disturbios comenzaron cuando la policía impidió el acceso de los Ultras White Knights, quienes buscaban ver el partido sin haber comprado boleto.
El bloqueo policial desató la furia de los ultras, quienes incendiaron un vehículo oficial.
El grupo Ultras White Knights reportó en su cuenta de Twitter que sus integrantes fueron atacados con gas lacrimógeno.
El partido entre el Zamalek y el ENPPI, de la Primera División egipcia, fue atrasado media hora por los enfrentamientos.
Una vez controlado el disturbio, el partido se disputó y terminó en empate a un gol.
Los fallecidos fueron trasladados a una morgue para ser examinados por un equipo de investigadores de la fiscalía.
Tras los disturbios en la mencionada sede, el campeonato de futbol en Egipto quedó aplazado sin fecha, según informó la oficina del primer ministro Ibrahim Mahlab.