La Copa de Cuauhtémoc

El ya pasado 2012 fue el año de oro para el deporte mexicano con la máxima hazaña de la historia de nuestro deporte: el triunfo del Tri Olímpico en el futbol.

A nivel internacional destacamos lo que hizo Usain Bolt en los Juegos Olímpicos.

Por otro lado, nuestro futbol vio el regreso de la Copa México 2012, que estaba arumbada en el rincón de la “Muñeca Fea”.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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El ya pasado 2012 fue el año de oro para el deporte mexicano con la máxima hazaña de la historia de nuestro deporte: el triunfo del Tri Olímpico en el futbol.

A nivel internacional destacamos lo que hizo Usain Bolt en los Juegos Olímpicos.

Por otro lado, nuestro futbol vio el regreso de la Copa México 2012, que estaba arumbada en el rincón de la “Muñeca Fea”.

La nueva Liga MX decide desempolvarla, darle una pulidita y llamarle  “Copa MX”, todo sonaba muy bonito hasta que los equipos de la Primera, hoy MX, decidieron desdeñarla apareciendo frente a los reflectores los de la Segunda, aquí llamada  Ascenso MX.

Y como el Chapulín Colorado

Cuando Decio de María y compañía veían derrumbarse su castillo de naipes ante la apatía de los equipos gallones de nuestro futbol, condenando a la Copa MX a ser un “torneo de segunda”, aparece en el firmamento el último de su especie de ídolos: Cuauhtémoc Blanco.

Este hombre se echa al hombro a los Dorados de Culiacán, los arrastra a la finalísima y ahí mismo en el vestidor, cuando sus compañeros tristeaban por no cobrar sus últimas quincenas y suspirar porque ni sus directivos ni los de la Liga MX darían premios por el título copero, “el Cuau” se envalentona poniendo sobre la mesa de los masajes y linimentos un cheque que garantizaba esos premios a sus compañeros, llevándose la final, la Copa y el espectáculo de un torneo al que le falta imaginación desde su diseño y estructura, cuando los equipos de Primera lo ven como un entrenamiento obligado, hasta la falta de incentivos para equipos y jugadores que lo hacen poco atractivo, originando falta de compromiso de todos los involucrados y hasta emoción y espectáculo con la excepción de los juegos a nocaut en las finales.

¿Por qué se empeñan en retirarlo?

Para fortuna de Decio y su gente, a este se enganchó Cuauhtémoc Blanco, figurón de nuestro futbol y para sorpresa de muchos y amargura de sus detractores, llegó con hambre  de ser al frente de los Dorados de Culiacán, a sus cerca de los 40 años de edad, habiéndolo ganado todo, éxitoso y referente  con la Selección Nacional, figurón en el América y en todos lados por donde ha puesto su huella futbolera.

Cuauhtémoc se entrega con alegría y trabajo disfrutando del juego cuando no tiene nada que demostrarle a nadie.

Por supuesto, consciente de que ya no está para el ritmo de la Primera y por esto disfrutando y entregándose al máximo allá en los fogonazos de la zona del Ascenso.

Para los que dicen que está en la holgazanería

En la fiesta y en el trago, bastaría ver uno o dos de los partidos en donde Cuauhtémoc fue el gran protagonista con los Dorados, incluídas las dos finales que jugó en este semestre.

Primero contra Correcaminos por la Copa MX, en ese partido final Cuauhtémoc se consagró por su liderazgo, por su fuerza, por su enjundia, porque corrió los 90 minutos a tope, por ser el corazón de este equipo, es más…

Puso de su bolsa el premio para sus compañeros

Porque el equipo no había pagado las quincenas y así salió a jugar aquella primera final de la nueva Copa MX. Los Dorados se rompieron la cara y ganaron ese título que no  sirve de mucho porque a los directivos no se les ocurrió poner un premio, aunque sea de reintegro.

Dorados y el “Corre”  dan un partidazo lleno de goles, emociones, aciertos y errores que nos engancha al límite, dando un cachetadón con guante blanco a los equipos aburguesados e indiferente s de la Primera que botaron la copa casi desde su arranque, y obligándolos a tomarla y tomarse más en serio a partir de la segunda edición que arranca en unas semanas.

Gran temporada del “Cuau”

unas semanas después, los Dorados alcanzaron la final por  el Acenso, la cual perdieron para desencanto del grupo, de la afición y del propio Cuauhtémoc ante el equipo de La Piedad. Digo desencanto por que hubiera sido una gran rúbrica para Cuauhtémoc y su extraordinario semestre.

Este hombre está a tope en el nivel que le corresponde, consciente de sus límites pero también de sus virtudes. “El Cuau”disfruta de su momento, de su entorno y del futbol en donde asume con orgullo su capacidad natural  de gran líder. La verdad  muchos lo extrañamos, no hay figuras como él en nuestro futbol, emblemáticas y además de pasadita le tapa la boca a todos sus muchos detractores que se empeñan en perseguirlo por todos lados, en busca de la nota que genere escándalo.

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