Jesse Owens, la sonrisa retadora de los olímpicos

Uno de los mejores atletas en la historia olímpica es el estadounidense Jesse Owens, quien con su rapidez en la pista y sus medallas de oro logró la hazaña de burlarse del régimen racista de Adolf Hitler en Berlín 1936
Ricardo Resendi Ricardo Resendi Publicado el
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Los Juegos Olímpicos de 1936 presenciaron un acontecimiento que marcó un hito: la participación de Jesse Owens, primer atleta estadounidense de origen afroamericano en recibir reconocimiento internacional.

Nacido en Alabama, el 12 de septiembre de 1913, ‘JC’ debió sobreponerse a la atmósfera racista que imperaba en su lugar de origen, buscando trascender también su situación de precariedad.

Hijo de una numerosa familia de labradores, Jesse trabajó como vendedor de periódicos, empleado de una gasolinería y recadista, situación que dio un giro a principios de la década de los 20, cuando la familia Owens se unió a la inmigración afroamericana hasta el norte del país, asentándose en Cleveland, Ohio.

Grandes hazañas

Junto a su profesor de gimnasia del instituto Fairview Junior High, el joven estadounidense comenzó a labrar su camino en el atletismo, ganando 74 de las 79 carreras en las que compitió y batiendo el récord nacional de salto de longitud, con una marca de 7.55 metros.

Mientras que los ojos de EU estaban puestos en la joven promesa del atletismo mundial, Jesse Owens seguía demostrando su capacidad a nivel internacional, consiguiendo cinco marcas mundiales y rebajando el récord de los 100 metros en 10.2 segundos.

La gran proeza de Owens llegó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde consiguió cuatro medallas de oro: en los 100 y 200 metros lisos; en el salto de longitud; así como en los relevos 4 x 100.

En medio del régimen nazi liderado por Adolf Hitler, que floreció en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) bajo ideales xenófobos y racistas, Jesse Owens dio una actuación tan brillante que sirvió para sepultar por unos días el clima político de odio y aversión al prójimo.

El legado de Jesse Owens

Al finalizar Berlín 1936, Jesse Owens se negó a participar en una gira por Europa, actitud que le valió ser suspendido de las filas del equipo norteamericano. Retirado de las pistas, Owens destacó como gran conferencista, logrando inspirar a grupos juveniles y organizaciones cívicas de todo el mundo.

Considerado como uno de los más grandes atletas que le hicieron frente al régimen nazi, una calle de Berlín, Alemania, en el distrito de Lichtenberg, recibió su nombre; mientras que Estados Unidos hizo lo propio en 1990, otorgándole un título póstumo con la Medalla de Oro del Congreso.

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