Inversión a recuperar
Los Jaguares de Jacksonville presentarán a Nick Foles como su nuevo quarterback, al momento que le abrieron la puerta a Blake Bortles, a quien le dieron mucho dinero y no entregó resultados
Manuel SebrerosUna de las joyas que tenía la agencia libre de la NFL es el quarterback Nick Foles, campeón del Super Bowl y Jugador Más Valioso de la edición LII con las Águilas de Filadelfia, quien fue ganado por los Jaguares de Jacksonville, que desembolsarán 88 millones de dólares por cuatro años, de los cuales 50 millones están garantizados y el total podría incrementarse a 102 millones con incentivos.
Pero el antecedente más reciente de una megainversión de los Jaguares fue un desastre y se trató de un jugador de la misma posición: el quarterback Blake Bortles, quien fue cortado ayer y que se llevará varios millones aunque no juegue la próxima campaña.
Bortles tiene 6.5 millones de dólares seguros en su cartera para 2019, además que podría recuperar una parte de los 54 millones que los Jaguares le ofrecieron por extensión de contrato de tres años firmado durante la pretemporada de 2018.
La duda es si habrá algún equipo interesado en firmar a un pasador que deslumbró a la directiva de Jacksonville solo por una temporada ganadora (2017) y un juego de Playoffs, la Serie Divisional de ese año frente a los Acereros de Pittsburgh.
Sin embargo, Bortles siempre fue un quarterback del montón, pues desde que fue tomado en el Draft de 2014 nunca demostró capacidad para comandar a un equipo con intenciones de disputar siquiera la presencia en el Super Bowl.
Con 73 juegos como titular, 24 ganados y 49 derrotas, 103 touchdowns y 75 intercepciones, Bortles no tenía argumentos para convencer a los Jaguares de no buscar a Foles, sobre todo cuando con la extensión de contrato en la mano se afianzó como un mariscal incapaz de lanzar pases profundos, salir de apuros o cambiar las jugadas en la línea, lo que le costó al equipo pasar de un récord de 10-6 a 5-11.
Se prevé que este jueves Foles sea presentado oficialmente por el equipo, con la esperanza que el derroche de billetes le reditúe a una franquicia que nunca ha jugado el Super Bowl.