Ámbar y Andrea Garnica comprendieron en su primer contacto con la lucha olímpica que “en este deporte no puedes tener una mentalidad débil”, sobre todo cuando la mayor parte del tiempo se tiene que entrenar con hombres, ya que la rama femenil en esta disciplina cuenta con muy poca presencia a nivel nacional.
Las Hermanas Garnica, quienes luchan por conseguir su pase a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, recuerdan que antes de llegar a entrenar y competir a nivel nacional, dieron los primeros pasos en su carrera practicándolo en contra de hombres que tuvieran el mismo peso dentro de su categoría.
“Al inicio entrenábamos con puros hombres, sí había chicas pero muy poquitas y de diferentes pesos, entonces eso hacía complicados los entrenamientos, y por eso es que nosotras teníamos que iniciar con hombres, pero eso es algo de este deporte, que casi siempre lo haces mixto, bueno al menos aquí en México sí, porque hay muy pocas mujeres que se interesan en esto”, explican para Reporte Índigo.
Conforme avanzaron y ganaron diferentes torneos, la situación de sus entrenamientos cambió, ya que ahora al estar a nivel nacional la práctica ya es con mujeres; sin embargo, por la falta de difusión de este deporte, los comentarios negativos hacia ellas es una situación que no cambia, pues aseguran que “nunca falta el comentario de ‘eres una machorra’”, porque para una parte la sociedad, ellas practican un deporte que es sólo para hombres.
“Aquí en el CNAR la selección femenil es amplia pero porque vienen de diferentes estados, pero si volteamos a ver a la selección femenil de la Ciudad de México es muy poca, incluso sólo son cinco las que conformamos la selección, por lo mismo de que no hay difusión y tienen catalogada a la lucha de que las mujeres no la pueden practicar, porque si la haces pues ya eres una machorra.
“Siempre nos han dicho comentarios así, y muchos más comentarios negativos desde que empezamos, porque creen o tienen la idea de que como es un deporte de combate es un deporte sólo para hombres”.
Para silenciar las críticas, no sólo hacia ellas si no hacia toda la rama femenil, Ámbar y Andrea comprendieron que no se puede estar discutiendo ante cada comentario, por lo que encontraron que la mejor manera de evitarlos es con su talento dentro del tatami, ofreciendo un mayor espectáculo que el de sus compañeros.
“La verdad es que en este deporte las mujeres somos más aguerridas. Incluso la rama femenil tiene mucha más competitividad y todas son de bastante calidad, no es como de que te confíes y ya, tienes que trabajar muy duro, porque si quieres ser clasificada número uno está difícil ya que tienes que estar mucho mejor preparada que las demás”, indica Andrea.
Hermanas Garnica: Más allá del deporte
Aunque ambas deportistas tienen como objetivo asistir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y continuar su carrera como luchadoras olímpicas, Ámbar y Andrea quieren sobresalir de manera personal más allá del deporte, y para eso continúan sus carreras universitarias para que más adelante puedan poner un negocio e impulsar la lucha femenil sea el principal objetivo.
“Por el momento ambas seguimos estudiando. Estamos igual enfocadas en eso. Yo espero que pronto pueda terminar mi tesis y titularme para que más adelante pueda poner un gimnasio y pueda inculcar el deporte de la lucha olímpica femenil”, explica Andrea, mientras que su hermana ayudaría administrando este y más negocios, ya que saben que algún día el deporte terminará para ellas.
“Por el momento yo estudio la Licenciatura en Administración Empresarial en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y continuamos en ese camino, porque nuestros papás nos han enseñado que no podemos dejar de estudiar, porque lamentablemente no somos un país del cual se pueda vivir del deporte”, agrega Ámbar Garnica.