La emergencia sanitaria mundial por el coronavirus provocó la postergación del inicio de la temporada del beisbol de Grandes Ligas, organización que recién lleva una semana con los entrenamientos extendidos, y aunque el ‘Opening Day’ está marcado para el 23 de julio, sigue la incertidumbre por los casos positivos a COVID-19 que se registran cada día entre los jugadores profesionales.
Sin embargo, esta extensión de la pretemporada también favoreció a algunos de los peloteros mexicanos, ya que la pausa les permitió recuperarse de lesiones o ser incluidos en el roster expandido que se aprobó para esta campaña recortada de 60 juegos.
Son 18 beisbolistas mexicanos quienes están involucrados en los campamentos previos al arranque, algunos ya veteranos y con un lugar seguro dentro del equipo y otros como prospectos que buscarán dar el salto al equipo grande, aprovechando el permiso de tener 60 jugadores listos para ser utilizados en cualquier momento.
En el caso de los bateadores, después del retiro de Adrián González y la partida de Christian Villanueva y Roberto Ramos a las ligas de Japón y Corea del Sur, respectivamente, es Alex Verdugo, nacido en Estados Unidos pero representante de la Selección Mexicana, quien está señalado para ser el próximo toletero tricolor a seguir.
Verdugo fue cambiado a finales del año pasado de los Dodgers de Los Ángeles a los Medias Rojas de Boston, pero una lesión en la espalda lo tenía descartado de comenzar la temporada con el equipo; sin embargo, con la postergación el jardinero pudo recuperarse y reportarse a tiempo.
“Para mí, soy un jugador de todos los días, así de simple, no hay peros al respecto, quiero estar todos los días compitiendo, no importa si es un zurdo o un derecho el lanzador, soy alguien que quiero jugar todos los días, ser titular, para eso es para lo que todos entran en las Grandes Ligas.
Pero no todas son buenas noticias para los mexicanos en Grandes Ligas, pues el pasado sábado 4 de julio se dio a conocer que el lanzador Luis Cessa resultó positivo a COVID-19, junto a DJ LeMahieu, y presenta síntomas leves, por lo que fue colocado bajo protocolo.
Cessa estaba contemplado para ser parte del bullpen de los Yankees de Nueva York, incluso tener algunas aperturas, pero esta enfermedad lo pone en riesgo de jugar en 2020, al igual que otros 30 peloteros de Grandes Ligas que tambalean las buenas intenciones de tener, al menos, medio año beisbolero.
Misma situación vive el infielder Luis Urías, de los Cerveceros de Milwaukee, quien este lunes fue anunciado como contagiado asintomático.
Quien sí fue beneficiado por el pánico a los contagios fue el sinaloense Julio Urías, quien prácticamente tiene un lugar seguro como lanzador abridor, pues el veterano David Price anunció que no jugará por miedo a la enfermedad.
Alcanzar el sueño de las Grandes Ligas
Con la cancelación de la temporada en todas las Ligas Menores, incluida la de México, cientos de beisbolistas se quedaron sin trabajo, pero otros fueron favorecidos porque MLB permitirá que cada equipo de Grandes Ligas tenga hasta 60 elementos listos para jugar en cualquier momento de los 60 duelos agendados para este año.
Entre los mexicanos que están contemplados para integrar esa lista de 60 y ser utilizados por el equipo grande en algún juego se encuentran Esteban Quiroz, Isaac Paredes, Alejandro Kirk, Víctor González y Gerardo Carrillo.
En contraparte, algunos veteranos buscarán incrementar sus números que dejarán de legado en su paso por la pelota estadounidense. El más experimentado de ellos es Oliver Pérez, el relevista zurdo de los Indios de Cleveland será el primer mexicano en alcanzar 18 temporadas en MLB, dejando atrás a Fernando Valenzuela, Juan Gabriel Castro y Aurelio Rodríguez, con 17.
Por lo pronto las Grandes Ligas ya anunciaron la cancelación del Juego de Estrellas 2020, lo cual era más que lógico, y se tiene el temor que de continuar con los casos positivos entre los peloteros e integrantes de los diferentes staff, el comisionado Rob Manfred tenga que hacer anuncios que nadie quiere escuchar, que podrían ir desde otro aplazamiento del inicio de las acciones, hasta una posible cancelación de la campaña.