Apenas un año después de ser presentado como el fichaje estrella del pasado verano, el centrocampista Ilkay Gündogan abandonará el Barcelona de la misma forma en la que llegó, a coste cero, sacrificado por la necesidad del club de liberar masa salarial para inscribir jugadores.
La entidad azulgrana anunció este viernes el acuerdo alcanzado para el regreso al Manchester City del internacional alemán, que en octubre cumplirá 34 años y al que aún restaban dos temporadas de contrato.
Gündogan adelantó la noticia en un mensaje publicado en las redes sociales, en el que aclaró que su voluntad inicial era continuar en el Barcelona y achacó su marcha a la delicada situación económica de la entidad.
“Vine aquí para afrontar un nuevo desafío y estaba preparado para ello. Lo he dado todo para luchar por el equipo y el club de la mejor manera posible en una temporada difícil y estaba deseando ayudar a mis compañeros en la nueva campaña. Ahora me voy en una situación difícil, pero si mi marcha puede ayudar al club económicamente, me pone un poco menos triste”, escribió.
Con el adiós de Gündogan, el Barça pierde a un futbolista que la temporada pasada, bajo la tutela del destituido Xavi Hernández, fue un pilar imprescindible del equipo, de lo más destacado en la gris campaña del conjunto azulgrana, con el que marcó cinco goles y sumó 14 asistencias.
Ante la baja de larga duración de Pablo Páez Gavira ‘Gavi’, y las reiteradas lesiones de Pedro González ‘Pedri’ y Frenkie de Jong, la participación del alemán fue omnipresente en la medular barcelonista, donde jugó tanto de mediocentro como de interior y de mediapunta, según las necesidades del equipo.
Gündogan fue el futbolista que más minutos disputó de toda la plantilla (4.180) y el que más partidos jugó (51). Solo se perdió dos encuentros, el duelo del 13 de abril en el campo del Cádiz por descanso antes de la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones y el partido en casa contra el Almería del 16 de mayo por sanción.
Pero más allá de los números, el veterano centrocampista ejerció de líder tanto dentro como fuera del campo en un plantel plagado de jugadores noveles, tal y como se había propuesto en su presentación. “Vengo a aportar experiencia, además de ayudar a los jóvenes a llegar al siguiente nivel”, prometió entonces.
Esta vocación y exigencia le llevó a expresar su frustración públicamente en varios momentos del curso. Sucedió tras caer ante el Real Madrid en la primera vuelta del campeonato (1-2), cuando aseguró que no fichó por el Barcelona “para perder este tipo de partidos” y dijo que le gustaría “ver más enfado y decepción” en el equipo.
Una autocrítica que repitió después sufrir otra remontada, en este caso frente al PSG (1-4) y con la eliminación en los cuartos de final de la Champions League como castigo. “Estaba en nuestra mano y se lo hemos regalado al PSG de la forma más fácil. Estoy muy decepcionado”, lamentó entonces.
Para fichar por el Barcelona, Gündogan rechazó renovar con el Manchester City, club en el que militó durante siete temporadas, se convirtió en capitán y ganó 14 títulos, entre los que destaca la ‘Champions’ que alzó en 2023 en Turquía, la tierra de sus padres. Anteriormente, había despuntado en el fútbol alemán en las filas del Bochum, el Núremberg y el Borussia Dortmund.
Según contó el propio jugador, en su decisión de fichar por el Barça influyó el hambre de nuevos retos, así como la posibilidad de cumplir el sueño de infancia que suponía vestir de azulgrana, y el proyecto que le presentaron el extécnico Xavi Hernández, el exsecretario técnico Jordi Cruyff y el exdirector de fútbol Mateu Alemany.
Sin embargo, un año después, ninguno de los tres artífices del fichaje continúa en el club y la situación es muy distinta. Para empezar, por la llegada al banquillo de Hansi Flick, con quien ya coincidió en la selección alemana, que apuesta por un esquema 4-2-3-1 y un estilo que exige un mayor desgaste físico.
El segundo elemento es la incorporación de Dani Olmo, el gran refuerzo estival del Barcelona, que se mueve como pez en el agua en la mediapunta, la posición preferente del alemán.
Y, por último y más importante, la cuestión económica. Gündogan cuenta con una de las fichas más altas de la plantilla -podría llegar a los 20 millones brutos, según algunas estimaciones- y su marcha permitirá un alivio en la masa salarial, que se reinvertirá en nuevas inscripciones, como la del propio Olmo, que aún no está disponible para Flick.
En esta tesitura, forzada por razones ajenas a su rendimiento, el centrocampista abandona el Barcelona de forma anticipada para regresar al Manchester City, con un contrato de una temporada con opción a otro curso adicional.