León.
Es el primer fin de semana de marzo y León, Guanajuato y Silao viven con intensidad la llegada de los mejores pilotos del planeta, retando a las montañas de Guanajuato coronadas en el legendario y hasta mítico Cerro del Cubilete.
Es el WRC (Mundial de Rallies) que viene de los hielos del continente europeo a encontrarse con los sinuosos caminos de terracería y piedras a más de 35 grados centígrados en el estado que vio nacer al gran e inolvidable José Alfredo Jiménez.
Los mejores del mundo
Cierto que los grandes reflectores y el billete millonario se vive en la Fórmula Uno, los mejores pilotos, los más rápidos del mundo, pero en el Mundial de Rallies se concentran los pilotos más completos del planeta.
Esos a los que conducir en nieve, lodo, tierra seca, piso empedrado, subidas empinadas, lluvia y bajadas vertiginosas, es su desafío constante.
Hace unos años…
Kimi Raikonnen…
Decidió tomarse un año sabático fastidiado del tenso y arrogante mundo de la F1.
De hecho vino a este Rally Guanajuato y estuvo a punto de caer a un precipicio en las montañas cercanas al Cubilete.
Kimi es uno de los mejores pilotos del planeta, a la par de Fernando Alonso o Sebastien Vettel, la próxima semana estará a bordo de un Ferrari en la arrancada de la temporada 2014 de la F1.
Kimi decidió en aquel año sabático probar suerte en el WRC con escasa fortuna. Al final termina reconociendo la capacidad de los grandes rallistas con quienes convivió intensamente “…creo que se necesita estar un poco loco para manejar en los RALLIES…”, confesó el temperamental finlandés, quizá hubiera valido la pena revirarle algo así como…
‘El coma le dijo a la olla’…
Por aquello de los riesgos que asumen tanto los rallistas como los de la F1. Solo que como dicen en mi pueblo, “cada chango a su mecate”.
Para Kimi, la lección aprendida en su año con los rallistas fue de gran trascendencia, aquí la sencillez y el compañerismo contrastan con la soberbia y glamour de la F1.
Sin embargo el común denominador son las máquinas y los autos. Diferentes conceptos y desafíos, la F1 va por todo en circuitos asfaltados como mesas de billar, la pericia del piloto se mide en su manejo en rectas cortas y largas, frenadas secas, curvas largas y corta, curvas encontradas, sacarle al auto su máximo rendimiento sin castigar muchos motores, llantas y cajas de velocidad.
El rallismo en cambio busca que el auto soporte el desafío de la naturaleza, terrenos planos, ascensos y descensos a montañas y cerros con curvas conformadas de acuerdo al perfil de la montaña, encontrar la “estela” de piedra y polvo del auto de adelante, medir con exactitud etapas cortas y largas, resolver problemas mecánicos en solo 30 minutos, el trabajo en equipo con el copiloto que lleva la bitácora de la etapa. Ambos, se confían sus vidas, el piloto escucha la orden de copiloto y asume como cierto lo que le indica, curvas ciegas, frenadas, aceleraciones, mientras que el copiloto sabe que pone todo en las manos y talento del piloto. Conceptos diferentes, pero al final el desafío del automovilismo a su máxima expresión. El Mundial de Rallies y el de la F1:
Citroen, volkswagen…
Con sus escuderías oficiales y con autos privados acaparan la fila de 26 tripulaciones de 24 países que a partir de esta madrugada, y hasta el atardecer del domingo, desafiarán desde las calles subterráneas de Guanajuato hasta la Sierra Guanajuatense, pasando por la etapa de carreras parejeras en el Autódromo de León y las súper especiales sobre las calles de esta hermosa ciudad de León, que cada año toma con más conocimiento este privilegio de albergar una etapa del calendario del Mundial de Rallies.
P.D. Ya que andamos por aquí, hoy por la noche me dejo ir al Nou Camp para ver al León Campeón, recibir a los muy limitados Tiburones de Veracruz, total, algo bueno puede ocurrir… Así de fácil.
