¡Súper campeones!

La “Diosa Minerva”, emblema de la ciudad, y millones de “chivahermanos” alrededor de México pueden estar contentos.

El Club Deportivo Guadalajara ha regresado a la élite del futbol mexicano tras vencer en la final de vuelta del Clausura 2017 a unos Tigres que llegaron como favoritos, pero sólo quedaron así.

Los goles de Alan Pulido y Juan José “Gallito” Vázquez otorgaron el duodécimo título de Liga para Chivas, empatando con ello al América como los dos equipos más ganadores del balompié azteca.

Además, el cetro logrado por Guadalajara corona un semestre de ensueño, en donde también se ganó la Copa MX en abril pasado, cuando derrotaron a Morelia en tanda de penales, convirtiéndose así en el primer conjunto en lograr el “doblete” tras 22 años, después que Necaxa lo hiciera en la campaña 1994-95.

El gol de Ismael Sosa en los últimos minutos le puso sabor a un partido que resultó polémico al final por la decisión de Enrique Santander de no sancionar un claro penalti a favor de Tigres, en una patada de Jair Pereira sobre el mismo jugador argentino.

Matías Almeyda pudo por fin celebrar un campeonato de Liga, el segundo en su carrera como entrenador profesional, después de haber ascendido a River Plate en el 2012, mientras que con Chivas había ganado otros títulos oficiales como la Copa MX del Apertura 2015, la del presente Clausura 2017 y la Supercopa MX 2016.

El partido

Tigres puso el futbol, pero Chivas la contundencia y corazón en la primera mitad.

Como una “calca” del partido de ida, el equipo de Ricardo Ferretti comenzó con la posesión del esférico en los primeros minutos del encuentro, pero con poca profundidad.

Chivas fue más empuje, con un Alan Pulido utilizado como “buque insignia” del Rebaño Sagrado, que buscó siempre asociarse con Orbelín Pineda por el centro, además de Rodolfo Pizarro y Néstor Calderón hacia las bandas.

Fue en una de esas jugadas cuando Oswaldo Alanís divisó a “Puligol” y le puso un balón aéreo a la espalda de Juninho; el tamaulipeco fildeó la pelota y le pegó de volea, con la parte interna del pie derecho para cruzarle el esférico a Nahuel Guzmán hacia el poste contrario.

Tigres respondió con disparos de André-Pierre Gignac que contuvo Rodolfo Cota, sin mayor contratiempo, excepto en un balón que el francés casi le gana cuando el arquero lo tenía entre sus pies.

La efectividad de Chivas fue muy evidente: el único tiro a portería que hicieron sobre el arco de Nahuel fue el gol de Pulido.

En el segundo tiempo, la situación no cambió. La UANL buscó el empate, pero Chivas se mantuvo estoico en defensa con una zaga impenetrable entre Carlos Salcido y Pereira.

Ferretti y Almeyda movieron sus piezas. El de Tigres optó por meter a Lucas Zalarayán y prescindir por el lateral izquierdo Alberto Acosta, mientras que el estratega argentino dio ingreso a Carlos Fierro por Calderón.

Tigres avisaba con un cabezazo de Juninho que pasaba por encima del marco.

En tanto, Guadalajara apostó a la velocidad de Fierro y esto redituó al minuto 69 cuando peleó un balón por la banda derecha; el “Güero” centró, Luis Rodríguez rechazó mal y apareció “Gallito” Vázquez para disparar pegado al poste derecho de Nahuel y colocar el 2-0.

Tigres se fue con todo al frente con otro cabezazo de Gignac que pasó cerca. Luego, sobre el final, al 88’, descontó Sosa con un tiro de media distancia.

Y en tiempo de compensación, al ingresar el mismo Sosa al área, Santander se comió una clara patada de Pereira sobre la espinilla del argentino.

Al final, Chivas respiró aliviado tras asedio felino, como la larga década de penumbras en el futbol mexicano