Gruden y Carr, La nueva apuesta de los Raiders
Los Raiders dejaron Oakland, donde quedaron corazones rotos, para llegar a Las Vegas, pero el glamur de la ciudad del juego de poco servirá si Jon Gruden y Derek Carr no entregan resultados rápido
Manuel SebrerosLa maldad de los Raiders se convirtió en maldición. En lo que va del siglo, sólo en dos ocasiones, 2002 y 2016, este equipo ha clasificado a los playoffs de la NFL, y ni el regreso de Jon Gruden ha podido empujarlos a los primeros planos.
Con ese antecedente negativo, la franquicia optó por cambiar de aires y dejar la bahía de Oakland, California, para tener una nueva apuesta en Las Vegas, a donde llegan con ilusión de fincar un proyecto que sea exitoso a largo plazo, aunque por la pandemia de coronavirus el inicio tendrá que ser sin aficionados en las tribunas.
El proyecto de los Raiders se basa en la nostalgia de cuando fueron triunfadores en la primera etapa del “Chucky” Gruden, pero en su segunda incursión como entrenador en jefe, los resultados no se han dado, pese a que tiene libertad absoluta en su puesto y un sueldo millonario.
“Es su tercera temporada, tiene un contrato por 10 años y 100 millones de dólares y él lo mencionó desde un principio: ‘si yo no funciono no tomaré dinero y me voy’, ya lleva dos temporadas, tiene un buen equipo, con Derek Carr tiene buen quarterback. Él como entrenador en jefe, que tiene un buen quarterback, deja mucho qué desear el trabajo que está haciendo”, asegura Ambrosio Rico, analista en español de los Raiders durante más de 14 años, en entrevista con Reporte Índigo.
Gran parte del peso del nuevo conjunto de Las Vegas recae en lo que pueda hacer Derek Carr, un quarterback que desde su llegada a la liga ha sido considerado un prospecto para tener una carrera exitosa, pero que ha sufrido de lesiones y cometido errores importantes en partidos trascendentales.
Sin embargo, el mal paso de los “malosos” no es culpa solo de Carr, pues requiere de que el equipo funcione en conjunto y en ocasiones la línea ofensiva no le brinda la protección necesaria, además de no haber contado con receptores sobresalientes.
“Si no tienes una buena línea que te proteja ahí está el otro problema, lo más difícil para todos los entrenadores en la liga es que hagan todo lo posible para que este equipo funcione como tal, porque para los aficionados es muy fácil decir va a jugar mi equipo, pero en realidad, hay jugadores que solo juegan para su santo, para tener más yardas, más atrapadas, más derribos de mariscales de campo, porque eso va a implicar en el futuro más dinero”, señala el analista mexicano radicado en Oakland.
Las claves para los Raiders
Uno de los puntos que los Raiders deberán explotar este año es el ataque terrestre, con Josh Jacobs con más experiencia y sabiendo aprovechar mejor los huecos para ser más efectivo en zona de gol.
Entre los refuerzos que llegaron a Las Vegas, destaca el receptor Henry Ruggs III, quien se une a Bryan Edwards y Nelson Agholor para que Derek Carr tenga mayores objetivos para sus lanzamientos.
Para Carr no hay más tiempo qué desperdiciar, pues además de su ríspida relación con Gruden, le llevó a Marcus Mariota para hacerle sombra en el puesto de quarterback, por lo que de no dar resultados pronto su destino será ver los juegos desde la banca.