La principal derrota que ha sufrido Novak Djokovic en el Abierto de Australia, donde era amo y señor, no estuvo en la cancha, sino en el terreno de la política y lo judicial, luego de que el gobierno del país oceánico decidió deportarlo.
“Nole” ha ganado nueve de sus 20 títulos de Grand Slam en Australia (tres de ellos seguidos) y se alistaba para jugar; sin embargo, el número uno del tenis dejó el país, luego de que tres jueces de una corte decidieran de forma unánime respaldar el derecho del ministro de inmigración, Alex Hawke, de cancelarle la visa.
Esta vez, los flashes de las cámaras no captaban el festejo del tenista serbio, quien planeaba hacer historia en “su torneo”, sino siendo llevado al aeropuerto Tullamarine con custodia gubernamental.
En un comunicado, Djokovic se dijo decepcionado por el fallo, pero precisó que respetaría la decisión de la corte, cooperaría con las autoridades en relación a su salida del país y se tomaría un tiempo “para descansar y recuperarme”.
El jugador de 34 años se marchó en un vuelo hacia Dubái, la misma ciudad de Emiratos Árabes Unidos desde la que voló a Australia. Así se puso fin a una novela que comenzó el 5 de enero, cuando Novak, quien no está vacunado contra el COVID-19, aterrizó en el aeropuerto de Melbourne.
El gobierno australiano canceló el viernes la visa de Djokovic debido a cuestiones relacionadas con su rechazo a la vacuna contra el COVID-19. Cuatro días antes, una corte anuló una cancelación previa, lo que le abría la puerta para participar en el torneo.
Esto, y la previa exención médica que había recibido el tenista, generó polémica y críticas a las autoridades por “suavizar” sus medidas restrictivas. El tema llegó al terreno de la política y hubo roces diplomáticos, el último de ellos ayer, por parte del presidente serbio Aleksandar Vucic, quien le dio un “espaldarazo” al deportista.
“Ellos creen que han humillado a Djokovic con esto, el mejor del mundo, con 10 días de persecución; ellos son los que se han humillado y Novak puede volver a su país con la frente en alto”, añadió Vucic quien también acusó a las autoridades australianas de “hostigar” a “Nole” y calificó de “farsa” el fallo.
Tras darse a conocer el mismo, Vasek Pospisil, un jugador canadiense, escribió en un tuit en el que opinó que esto respondió a una “agenda política al acercarse las elecciones (australianas) lo cual no puede ser más obvio”.
Por su parte, la ATP lamentó la ausencia de Djokovic en el Abierto al calificarla como “una pérdida para el juego”, y precisó que el fallo “marca el fin de una lamentable serie de acontecimientos” a la vez que siguió recomendando enérgicamente la vacunación a todos los jugadores.
Punto a favor para los pro-vacunas
Esta polémica no se hubiera dado si el número uno del mundo cumple con el protocolo sanitario; sin embargo, “Nole” forma parte de ese grupo de deportistas que se han negado a inocularse y representan esa “resistencia visible” de quienes aún creen que pueden enfrentar al COVID-19 de otra manera.
En la NBA, Kyrie Irving se perdió los primeros meses de la temporada con los Nets antes de hacer un regreso parcial. En la NFL, el quarterback de los Packers Aaron Rodgers es reverenciado en el campo, pero criticado fuera de él.
Los deportistas profesionales representan un nuevo frente en lo que expertos llaman el “papel sobredimensionado del deporte” en las conversaciones de la sociedad. Si bien, no van a cambiar la opinión en temas complejos, que sirven de influencia para temas “divisorios” como lo es, por increíble que parezca, la vacunación contra el COVID-19.
“Miramos al deporte en busca de una respuesta o para aclarar asuntos de la cultura en general”, declaró a la agencia AP Robert T. Hayashi, profesor del Amherst College en Massachusetts y cuya especialidad incluye la historia del deporte.
Dan Lebowitz, director ejecutivo del Center for the Study of Sport in Society de la Northeastern University, asegura: “La gente que tiene ciertas creencias que quiere promover va a aferrarse a esos deportistas como voceros de su causa”.
Ante ello, la deportación de “Nole”, sea cual sea las causas que la originaron, representan un triunfo para quienes defienden y promueven la vacunación.
El jugador de 34 años se marchó en un vuelo hacia Dubái, la misma ciudad de Emiratos Árabes Unidos desde la que voló a Australia. Así se puso fin a una novela que comenzó el 5 de enero
Al final, y más allá de ideologías, todo se reduce a respetar las reglas y Djokovic quiso no hacerlo. Ahora, es Rafael Nadal, quien buscará ser el primer tenista en llegar a 21 títulos de Grand Slam. Hasta eso perdió por no vacunarse.
Ahora sin Djokovic, los ojos están en Nadal
La ausencia de Novak Djokovic implica que el torneo apenas contará con un excampeón en el cuadro masculino: Rafael Nadal, quien ahora tendrá la gran oportunidad de atrapar su título 21 de Grand Slam y romper el empate con “Nole” y Roger Federer.
El español fue uno de los más críticos a la postura de Djokovic y declaró que los jugadores sabían de las reglas establecidas para viajar a Australia y que nadie estaba por encima del torneo.
Los organizadores del torneo habían programado en un principio un partido entre Djokovic y su compatriota Miomir Kecmanovic. En su lugar, este último se enfrentará a un “lucky loser” (jugador que pierde en partidos de clasificación, pero entra al cuadro principal por la salida de otro tenista antes de que comience la competición).
Ese jugador fue Salvatore Caruso, un italiano en el puesto 150 de la clasificación.