50
"Hago un llamado a que se retire el embargo para que pueda mover mis cuentas y pagar los sueldos de mi personal. No soy un criminal o un ladrón"
La felicidad que vivieron muchos filipinos cuando Manny Pacquiao derrotó por decisión unánime a Brandon Ríos el pasado fin de semana, “cayó a la lona” como si le hubieran conectado un contundente nocaut.
“PacMan”, el miembro más rico del Congreso Filipino, pidió un préstamo de más de un millón de pesos filipinos (22 mil 700 dólares) para comprar suministros de ayuda para las víctimas del tifón antes de su pelea con del sábado, pero su idea no pudo concretarse luego de que las autoridades congelaron sus cuentas bancarias.
La oficina de rentas internas aseguró que Pacquiao no ha demostrado el pago de impuestos del ejercicio fiscal del 2008-2009.
El boxeador le debería a hacienda 2.2 billones de pesos filipinos (50 millones de dólares aproximadamente) en impuestos atrasados a partir de julio, por lo que se decidió suspender sus cuentas.
Pacquiao se defendió asegurando que pagó impuestos en los Estados Unidos después de sus victorias contra Ricky Hatton y Oscar de la Hoya, y que un tratado evita la doble tributación.
“Hago un llamado a que se retire el embargo para que pueda mover mis cuentas y pagar los sueldos de mi personal. No soy un criminal o un ladrón”, dijo el boxeador a los periodistas en su ciudad natal.
El nuevo campeón de peso wélter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) dijo que si no hubiera pagado los impuestos, en Estados Unidos lo habrían arrestado durante una de sus visitas.
“El dinero que fue embargado no es robado. Vino de todos los golpes, golpes, sangre y sudor que soporté en el ring”, añadió el también político.
Las cuentas de su esposa también estarían congeladas, por lo que el “PacMan” no podría ayudar a sus paisanos ni disponer para nada de su dinero hasta que no se resuelva su situación financiera.
