Su audacia no ha sido bien vista, el mundo entero en Fórmula Uno podría estar ahora mismo en su contra, pero Sergio Pérez deberá asumir el reto que conllevan sus acciones y seguir adelante pese a quien le pese.
De alguna u otra forma, el piloto mexicano de McLaren se ha ganado el repudio de los adversarios sobre la pista que, si bien ya contaba con alguno que otro enemigo, tras el Gran Premio de Mónaco se ha “ganado” otros más.
Primero fue Pastor Maldonado, con quien desde el año pasado se le vio en lío mediático debido a la rivalidad entre latinos, esto luego de un incidente donde ambos se vieron involucrados en Barcelona 2012.
Pero para “Checo”, este 2013 ha empezado caótico, pues su primer gran reto fue su coequipero Jenson Button, al que no solo le quiere pelear los puntos sino fuera de la pista también le tuvo que enfrentar ante la propia escudería.
Durante la carrera de Bahrein ambos pilotos de McLaren a punto estuvieron de chocarse, causado por la valentía de Sergio para rebasar a su compañero. Al final ambos tuvieron que resolverlo ante sus directivos.
Los siguientes en turno han sido Fernando Alonso y Kimi Raikkonen, con quienes salió hasta insultado por su gallardía en Monte Carlo en su afán por el protagonismo este año con la escudería de Woking.
Después del túnel, el tapatío metió el coche al asturiano, que tuvo que cortar por la chicana para evitar contacto con Pérez. Esto derivó en la devolución del puesto al mexicano durante la reanudación de la carrera y la crítica directa de Alonso: “A ver si le sirve como lección”.
El último en el dilema ha sido Kimi, de quien se ha llevado el mayor insulto y provocación pues luego de que Pérez buscara rebasarlo en el mismo punto, el finlandés le redujo el camino, se tocaron y provocó la furia del de Lotus.
“Ese idiota ha intentado darme, ha intentado arruinarme la carrera. Quizá deberíamos darle una paliza a Pérez para que aprenda; sabía que era agresivo, pero no tan estúpido”, dijo Raikkonen sobre el volante azteca.
Para llegar lejos, Sergio tendrá que lidiar contra quien deba ser necesario ya sea dentro o fuera de los circuitos, pues ahora que han visto que su gallardía es tanta sobre el bólido, el desprestigio de su forma de conducir no se hará esperar por parte de todos sus adversarios.