En la era moderna de la NFL, no hay quien le haga sombra a Tom Brady.
El mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra es el quarterback de mayor experiencia entre los cuatro aspirantes al Super Bowl LII, lo cual lo convierten en el “enemigo” a vencer a sus 40 años de edad.
Cuando Brady llegó a Patriotas, la franquicia de New England apenas había disputado 9 juegos de postemporada en toda la historia.
Quince apariciones después, en donde se incluyen 11 partidos por el campeonato de la Conferencia Americana, además de la disputa de siete Súper Tazones y cinco anillos en su poder, hacen de la carrera de Brady un legado difícil de igualar.
Ni que decir de su marca en postemporada: 26-9 hasta el juego divisional ganado a Titanes de Tennessee el pasado fin de semana, el mejor récord de todos los tiempos para un mariscal de campo.
Tom va por su décima segunda final de Conferencia, superando ya por dos juegos a Gene Upshaw y George Blanda, integrantes del salón de la fama y quienes ostentaban 10 juegos, la marca rota por Brady la temporada pasada.
Los números aún son abrumadores si se comparan con los otros tres QB que disputarán los juegos por el campeonato en su respectiva competencia: ninguno llega a los tres partidos de Playoffs, pues entre los tres tienen un récord de 3-1.
Brady ha lanzado 1,378 intentos de pase en Playoffs, mientras que Nick Foles (Águilas), Blake Bortles (Jaguares) y Case Keenum (Minnesota) apenas suman 152 y 8 juegos de postemporada, es decir, casi la quinta parte de los que ha jugado Brady de 2001 a la fecha.
No obstante el caso de Foles tienen algo en particular, pues no comenzó como quarterback titular, sino que tomó la batuta luego de que Carson Wentz se lastimara el ligamento anterior cruzado de la rodilla izquierda cerca del final de la temporada regular.
DE CUIDADO
Pero quien puede presumir de un invicto en la postemporada es Blake Bortles.
El quarterback de los Jaguares (quien se dice tiene sus horas contadas en Jacksonville) respondió a las expectativas en el juego de comodines y en las divisionales en Heinz Field.
En estos playoffs, Nick ha lanzado 63 pases, completando el 73% de los mismos y lanzando para 441 yardas; ahora estará frente a Brady en el juego del domingo en Foxborough, por un boleto al Súper Tazón de Minnesota, representando a la Conferencia Americana.
En el otro partido, en la Nacional, dos viejos conocidos se medirán las caras: Foles y Keenum coincidieron en los Carneros de San Luis en la temporada 2015, la última antes de que la franquicia regresara a Los Ángeles.
Por entonces, Foles obtuvo marca de 4-7, mientras que Keenum ostentó un registro de 3-2.
“Estuvimos en el mismo equipo hace no muchos años. Pero el éxito de Case y la forma en que juega no me sorprende porque él y yo estábamos juntos. Nos preparamos juntos y nos apoyamos todos los días”, declaró Foles.
Quien salga avante del partido en Filadelfia, tendría la oportunidad de medirse al histórico Brady, siempre y cuando Patriotas cumpla con los pronósticos.
¿Se mantendrá la hegemonía de Tom o habrá sorpresa con alguno del resto de los mariscales, “hambrientos” también de gloria?