Delitos, arrestos, sentencias y un poco más, así de estigmatizada se encuentra la NFL en los últimos meses, particularmente este 2013 porque Aaron Hernández fue declarado culpable de la muerte de Odin Lloyd.
A nivel internacional, esta noticia ha causado revuelo y ha golpeado fuertemente la imagen de la liga, sobre todo porque desde el último Super Bowl a la fecha se han reportado un total de 27 jugadores profesionales arrestados.
Siete de los arrestos fueron por DUI (manejar en estado inconveniente), sin embargo un estudio en Illinois demostró que los hombres de 21 a 25 años tiene una tasa de arresto por DUI de aproximadamente 17 por cada mil conductores.
Dos de los arrestos fueron por intoxicación pública, tres más por posesión de marihuana y otros cuatro pertenecían a la categoría de comportamientos de riesgo.
Rolando McClain, linebacker de Raiders de Oakland, fue detenido por dar un nombre falso a la policía; Javarris James, corredor de los Cardenales de Arizona, no se presentó a un procedimiento judicial; el tacle de las Águilas de Filadelfia, Jason Peters, fue retenido por carreras clandestinas; y Quinton Carter, de los Broncos de Denver, intentó hacer trampa en un casino.
Hubo dos arrestos por posesión de arma pequeña, mientras que otros nueve fueron detenidos por violencia, como el caso del liniero defensivo, Desmond Bryant, de Cleveland, acusado de conducta criminal al tratar de romper la puerta de la casa de un extraño.
Después de todos ellos está Hernández, a quien acusan de asesinato y está bajo investigación por otros dos más, revelando una cuota importante de problemas legales y sociales dentro de la NFL que no hay que minimizar pero sí comparar con otras organizaciones que tienen peores registros, como el ejército que tiene 26 mil casos de asalto sexual.
Las estadísticas muestran que lo hecho por jugadores de la NFL, en general, es menos criminal y violento que lo hecho por soldados; y éticamente más respetable que los saqueadores con MBA de Harvard que cometen actos de robo a gran escala con “instrumentos financieros”.
De hecho, el 80 por ciento de los jugadores de NFL tienen títulos universitarios, comparado con el 30 por ciento de la población general.
Una encuesta realizada a jóvenes jubilados NFL de entre 30 y 49 años arroja que el 64 por ciento están casados con su primera esposa. Son un grupo más comprometido y disciplinado, evidenciando profunda lealtad a sus jefes y compañeros de trabajo.
Así que la próxima vez que Aaron Hernández comparezca ante el tribunal, no se le identificará como el jugador de la NFL. No es uno más. Y nunca fue particularmente representativo.
Los casos sonados
-Joe Lefeged, fue detenido por llevar en su auto un arma sin registro.
-Ausar Aalcott, enfrentará cargos por intento de asesinato en Nueva Jersey.
-Desmont Bryant, intentó romper la puerta de la casa de un extraño.
-Rolando McClain, fue detenido por dar un nombre falso a la policía.Chad Ochocinco, enfrentó cargos por un caso de violencia doméstica.