Es el séptimo más ganador
Es el número uno del mundo, pero Rafael Nadal no se tiende a la hamaca, sino todo lo contrario, en cada torneo sigue buscando su suerte para mantenerse como el más ganador de los tenistas en la historia. Esta vez, en Río de Janeiro cosechó un récord más.
La final del ATP 500 contra Alexandr Dolgopolov fue un partido crucial en la carrera del mallorquí, para alcanzar su título 62 en su carrera y convertirse en el séptimo jugador con más títulos en el mundo.
Indigo StaffEs el número uno del mundo, pero Rafael Nadal no se tiende a la hamaca, sino todo lo contrario, en cada torneo sigue buscando su suerte para mantenerse como el más ganador de los tenistas en la historia. Esta vez, en Río de Janeiro cosechó un récord más.
La final del ATP 500 contra Alexandr Dolgopolov fue un partido crucial en la carrera del mallorquí, para alcanzar su título 62 en su carrera y convertirse en el séptimo jugador con más títulos en el mundo.
El líder de la ATP recuperó hoy su concentración y su control de la pelota, jugando con cautela, desde el fondo de la pista, haciéndose dueño de la precisión en las bolas largas de la que careció en la víspera.
Sólo cometió cuatro errores no forzados en el primer set, mientras que Dolgopolov, muy agresivo, como había avisado Nadal en la víspera, se arriesgó mucho para buscar las líneas y ángulos con los que sorprender al número uno, lo que le costó cometer demasiados errores.
El español ganó el 83 por ciento de los puntos con su primer saque y le propinó tres saques perfectos a Dolgopolov, a quien además, le rompió en tres de las cuatro oportunidades el servicio para presumir, a estas alturas de la temporada, 17 victorias.
El oriundo de Manacor, primer cabeza de serie en Río, sólo ha sufrido una derrota en este 2014, perdió la final del Abierto de Australia ante el suizo Stanislas Wawrinka.
De esta manera, Nadal alzó su título número 62 como profesional y alcanzó en el lugar siete de la lista de jugadores con más campeonatos, al argentino Guillermo Vilas.
Para Nadal esta victoria supuso un regreso triunfal a las canchas después de que el pasado 26 de enero perdiera la final del Abierto de Australia ante el suizo Stanislas Wawrinka, con unos fuertes dolores de espalda que después le obligaron a perderse el ATP de Buenos Aires y le dificultaron la preparación para este torneo.
El año pasado Brasil también fue el escenario de la primera victoria de Nadal después de una lesión, en ese caso en el ATP 250 jugado en Sao Paulo, que fue su primer éxito tras pasar siete meses en el dique seco por su grave lesión de rodilla.