Justo cuando el dopaje se ha convertido en protagonista del deporte , aparece una opción tecnológica que promete aumentar el rendimiento de los atletas de forma honesta.
El “Cooling Glove” o guante de enfriamiento comienza a ganar seguidores y ser considerado como una buena opción para los deportistas.
Investigadores de la Universidad de Stanford encontraron que este aparato aumenta el rendimiento deportivo e incluso es mejor que los esteroides.
El guante controla la temperatura del cuerpo a través de la palma de la mano y los resultados que ha arrojado son positivos.
De manera natural, el cuerpo desprende calor en extremidades donde no se tiene cabello, una de ellas son las palmas de las manos. Los biólogos H. Craig Heller y Dennis Grahn pensaron acelerar ese proceso mediante la fijación de un vacío y una bomba de agua conectada a un guante hermético.
La presión negativa hace que los vasos de la mano se dilaten y se pueda extraer sangre caliente desde el núcleo del cuerpo.
Luego el agua circulante enfría la sangre. Ya que nuestros músculos comienzan a colapsarse cuando se llega a una temperatura demasiado alta, afectando el rendimiento. Un guante como este podría hacer los entrenamientos más largos y productivos.
Al menos eso es lo que un comunicado de prensa de Stanford anunció. Los blogs especializados en gadgets dieron buenas opiniones sobre este artículo.
Kottke escribió: “espero que esto esté en todos los deportes profesionales en un par de años”. Gizmodo posteó: “la implicación para los deportes… podría ser enorme”.
El llamado “guante de poder” literalmente refrescaría los músculos, permitiendo a los deportistas no caer en la fatiga y seguir dando su mejor esfuerzo.
Para sus creadores esto es decir adiós a los esteroides anabólicos.
Lo que parece una idea novedosa, ya había llamado la atención en 2008, cuando el “guante de vacío” fue promocionado como un nuevo invento.
En aquel entonces, Heller dio datos que mostraban que un sujeto que usó el guante en su laboratorio había ido de 180 levantamientos de pesas en una sesión, a más de 600 en un periodo de seis semanas.
Es la misma estadística que se dio en el comunicado de prensa de Stanford. “El sujeto pasó de hacer 180 levantamientos a más de 620”, dijo Heller.
En 2004, en la propia Universidad de Stanford se dio a conocer que se ayudó a un levantador de pesas aumentar su capacidad de levantamientos de 180 a 600 en el mismo período de tiempo después de seis semanas de entrenamiento.
“Nuestra tecnología ciertamente le daría a los atletas una clara ventaja competitiva”, publicó Stanford.
Una década de pruebas
Los beneficios del guante de enfriamiento se remontan a una década atrás. En 2002 la BBC informó sobre sus efectos asombrosos y el New York Times lo catalogó como una de la mejores ideas del año.
Heller y Grahn iniciaron su empresa AVAcore Technologies, cuando sólo habían lanzado la primera versión comercial de su dispositivo con un costo de 3 mil dólares.
El “refrigerador de burbujas de vacío”, que contaba con una batería era utilizado por los 49’s de San Francisco en sus prácticas.
Pero el nacimiento de esta idea se dio en 2000, cuando los profesores fundaron AVAcore y presentaron una patente. Desde hacía varios años ya trabajaban en este proyecto.
Si bien este nuevo modelo no es diferente al original en su concepto básico, tiene una forma más elegante y su enfriamiento es más eficiente.
Otros datos de laboratorio Grahn y Hellers confirman los beneficios de la tecnología, al menos en las condiciones adecuadas. Para un experimento, los miembros del equipo de futbol Stanford realizaron sprints en el campo de juego. Posteriormente usaban los guantes de enfriamiento.
Cuando se estaba a una temperatura ambiental de 22 grados centígrados, los guantes hicieron poco para mejorar el rendimiento. Pero un día de 35 grados, ayudaron a mitigar la fatiga. Los jugadores recorrían más distancia antes de cada silbato.
El guante aún no se comercializa, pero según sus creadores hay interés de algunos equipos por probarlo y ver los resultados que puede arrojar.
Mientras se realizan los últimos experimentos y se decide poner a la venta el guante, las posibilidades de “enfriar el cansancio” de manera legal y sin tener que usar sustancias dopantes siguen creciendo.