En el calor… juegan mejor

Antes de que iniciara la Copa del Mundo en Brasil, la mayoría temía que las temperaturas y el calor húmedo tropical en ese país, afectara el rendimiento de los jugadores europeos.

Después, ante el encuentro de Estados Unidos contra Portugal, y las quejas de este último por la temperatura, un árbitro brasileño dictaminó que se les debe permitir a los jugadores rehidratarse cuando el clima supere los 32 grados Celsius.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Antes de que iniciara la Copa del Mundo en Brasil, la mayoría temía que las temperaturas y el calor húmedo tropical en ese país, afectara el rendimiento de los jugadores europeos.

Después, ante el encuentro de Estados Unidos contra Portugal, y las quejas de este último por la temperatura, un árbitro brasileño dictaminó que se les debe permitir a los jugadores rehidratarse cuando el clima supere los 32 grados Celsius.

Pero, a pesar de que gran parte de los equipos europeos ya están fuera del Mundial, lo cierto es que la temperatura no es un enemigo del Viejo Continente, sino un fuerte aliado. Y ya lo demostró Holanda al eliminar a México el día de ayer. 

En el 2012, un equipo de investigadores del deporte, liderados por Magni Mohr, de la Universidad de Exeter, realizó un experimento para medir los efectos de la temperatura en el soccer y el rendimiento de los jugadores.

Los resultados del experimento demostraron que los futbolistas corren más rápido cuando la temperatura está más caliente.

A mayor temperatura muscular… mejor  rendimiento

Las camisetas oficiales se ven empapadas de sudor en las canchas en el Mundial, pero eso no es un factor determinante para que los futbolistas dejen de dar lo mejor de sí.

De hecho, eso se vio reflejado en el experimento que realizó Mohr, en el que, de acuerdo a New Republic, se contrataron a 17 jugadores de futbol de élite para que jugaran dos partidos, en seis días de diferencia.

El primer juego se llevó a cabo en una sala, cuya temperatura moderada osciló los 21 grados Celsius. 

Mientras que el segundo juego se realizó en exteriores, bajo una temperatura de 42 grados centígrados, aproximadamente.

“Los investigadores usaron cámaras y los dispositivos de seguimiento para recopilar datos sobre la distancia total recorrida por los jugadores en el transcurso del juego y cada cantidad de tiempo por juego pasado en carrera de alta intensidad y de velocidad”, explica la publicación en New Republic.

Distintos dispositivos de GPS revelaron que los jugadores recorrieron más distancia cuando la temperatura estaba agradable. Ya que la distancia total recorrida por cada atleta fue 7 por ciento más corta en las condiciones calientes. 

Sin embargo, en otras medidas, los atletas fueron mejores “en las altas temperaturas”, subraya el artículo.

En la temperatura caliente, el 73.8 por ciento de los pases fueron exitosos, en comparación con el 66.1 por ciento en el partido jugado en interiores.

No solo eso, los futbolistas tuvieron posesión del balón 25 por ciento más tiempo en la temperatura caliente.

Y es que “la temperatura no inhibe las distancias totales que los jugadores pueden recorrer con éxito”, añade Mohr.

Curiosamente, los jugadores no demostraron sentirse más fatigados después de jugar en calor, en comparación con el partido que se jugó en interiores. Como era lógico, todos fueron más lentos en las pruebas realizadas después de los partidos, pero la reducción de velocidad no fue significativamente mayor si se trataba de un partido en exteriores, con intenso calor.

 Mohr enfatiza que “específicamente, el aumento de la temperatura muscular ha demostrado que mejora el rendimiento de la velocidad en un partido de futbol”.

En el 2010, se publicó otra investigación en el Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, la cual fue realizada por un equipo de expertos dirigidos por  el Dr. Kerem Tuncay Ozgunen de la Universidad de Cukurova, en Turquía. En sus resultados, esta investigación concluyó que los jugadores corrían más rápido en el calor. 

De hecho, el promedio era de 8.613 metros más por cada futbolista.

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