Después de dejar un legado considerable en el Atlético de Madrid, donde consiguió tres campeonatos y subcampeonatos a nivel nacional e internacional, el ‘Principito’, Antoine Griezmann, decidió salir del ‘asteroide B612’ para conquistar una nueva galaxia: la Champions League.
Aunque el cariño que le tenía a los Colchoneros era más que evidente, pues fue el primer equipo de talla internacional que le dio la oportunidad de mostrarse en este tipo de torneos, el francés comprendió que los éxitos que él quería lograr no estarían en Madrid, por lo que se presume que su siguiente destino será Barcelona, donde haría mancuerna con Lionel Messi y Luis Suárez, un nuevo tridente que buscará conquistar todos los torneos en los que participe.
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Si bien su llegada al conjunto catalán aún no es oficial, tampoco sería una sorpresa para el mundo del futbol, inclusive, sería la opción más natural para el francés luego de que desde el torneo pasado, y debido a su amistad con Gerard Piqué, se le relaciona como el fichaje bomba para los culés.
Otra opción que fortalece que el ‘Principito’ llegará a Barcelona es el objetivo en común que tienen los dos, ya que en los últimos años los blaugrana se han quedado en el camino a la gloria de las estrellas, y han tenido que ver como su rival más ‘odiado, el Real Madrid, ha conquistado en tres ocasiones consecutivas la Champions.
¿Ya es uruguayo?
Aunque tener a Messi, Suárez y Griezmann es un plan muy ambicioso para el Barcelona, la cuestión es: ¿cómo será la relación del francés con el uruguayo?, ya que en el Mundial de Rusia 2018, Luis atacó en conferencia de prensa a Antoine por creerse su ‘compatriota’.
“Por más que diga que es medio uruguayo, no lo es, porque él no sabe lo que es el sentimiento uruguayo. Él no sabe nada de la entrega que tenemos para triunfar, no sabe nada de nuestra cultura”, mencionó en aquella ocasión Suárez.
Otra problemática que tendría el Barcelona sería el exceso de delanteros, pues contaría con Messi, Suárez, Dembelé, Coutinho, Malcom y Boateng, lo que provocaría la salida de uno de ellos o simplemente quedar relegado en la banca para ser usado como ‘Plan B’.
