Tras haber hecho historia al conquistar siete veces el Tour de Francia y ser considerado el mejor ciclista de todos los tiempos, era lógico que se cuestionara la legalidad de sus éxitos pero sin mayores consecuencias.
Ahora, la suerte parece haber abandonado a Lance Armstrong, y todo lo conseguido por el estadounidense corre peligro de irse a la basura.
La acusación que la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) le lanzó y que hizo pública el Washington Post luce con más fuerza.
En el documento de 15 páginas que se le hizo llegar al deportista, se detalla que el organismo antidopaje cuenta con pruebas “totalmente sólidas” de muestras de su sangre de los años 2009 y 2010 y que fueron “manipuladas conscientemente, incluyendo el uso de EPO y/o transfusiones de sangre”.
Ante esta acusación a Lance se le retiró la licencia para competir, por lo que ya no podrá presentarse en las pruebas de triatlón, disciplina que había comenzado a practicar y en la que tendría actividad el próximo 24 de junio en el Triatlón de Larga Distancia de Niza.
Pero, ¿por qué ahora Armstrong corre verdadero peligro de ser despojado de sus títulos?, ¿Por qué tantos años después se vuelve a tocar este tema?
La acusación de la USADA tiene que ver con lo que sucedió en España y la llamada “Operación Puerto”, donde se encontró toda una red de médicos y deportistas que sacudió al deporte ibérico.
Según el diario estadounidense, otras cinco personas que trabajaron en los equipos de Armstrong desde 1999 hasta su retiro en 2010 han recibido la misma carta con las mismas acusaciones.
Ellos son Johan Bruyneel, director deportivo con quien Armstrong tenía una larga relación laboral; el médico italiano Michele Ferrari, los españoles Pedro Celaya y Luis García del Moral, y el entrenador Pepe Martí.
A todos se les imputan cargos por posesión, tráfico y administración de sustancias prohibidas y las autoridades recomiendan imponerles una sanción superior a la habitual por existir circunstancias que agravan su actuación.
Las pruebas
Entre las puebas con las que contaría la USADA estarían las acusaciones de más de una decena de ciclistas, lo que consideraría como suficiente material para abrirle un expediente disciplinario a Armstrong.
Según The Washington Post, la USADA también contaría con muestras “consistentes con manipulación sanguínea incluyendo uso de EPO y/o transfusiones sanguíneas”.
‘Nunca me dopé’
Por medio de un comunicado Armstrong respondió a las acusaciones.
“Al contrario de muchos de quienes me acusan, yo nunca me dopé. He competido durante 25 años y me he sometido a más de 500 controles en los que no di positivo una sola vez. Que la agencia antidopaje ignore esta distinción fundamental y me impute en lugar de imputar a personas que son dopados confesos dice más sobre su injusticia y sobre su ansia de venganza que sobre mi culpabilidad o sobre mi inocencia”, declaró el ciclista.