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El rey ha muerto

España abdicó ayer a la Corona que había conquistado en el 2010 al perder 2-0 frente a la selección de Chile en el Estadio Maracaná.

A pesar de haber tenido la posesión del balón, los ibéricos no definieron ni defendieron, despidiéndose -para fines prácticos- del Mundial de Brasil.

El equipo dirigido por el argentino Jorge Sampaoli, en cambio, supo aprovechar las debilidades de la defensa española, anotando en el primer tiempo los dos goles por conducto de Eduardo Vargas y Charles Aránguiz.

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Remates a la portería tuvo el equipo de España ante el conjunto chileno

España abdicó ayer a la Corona que había conquistado en el 2010 al perder 2-0 frente a la selección de Chile en el Estadio Maracaná.

A pesar de haber tenido la posesión del balón, los ibéricos no definieron ni defendieron, despidiéndose -para fines prácticos- del Mundial de Brasil.

El equipo dirigido por el argentino Jorge Sampaoli, en cambio, supo aprovechar las debilidades de la defensa española, anotando en el primer tiempo los dos goles por conducto de Eduardo Vargas y Charles Aránguiz.

Vicente del Bosque, estratega de los europeos, desde el principio del juego mandó a sus jugadores al ataque, sin embargo esto no bastó para salvar a España de su fatal destino. 

El gol de Chile, al minuto 19, enfrió a los españoles. Vargas aprovechó un centro de Aránguiz, recortó a Ramos en el área chica para vencer a Casillas y disparó. 

El gol que sepultó al ahora excampeón del mundo, vino al minuto 43. 

Alexis Sánchez, delantero de Barcelona, cobró un tiro libre que obligó a Iker Casillas a rechazar el balón, el cual le cayó a Aranguiz, quien disparó justo a la misma zona para vencer al portero ibérico.

 En el segundo tiempo los jugadores españoles comenzaron a mostrar su desesperación y no encontraban de dónde sacar suficientes ánimos para darle la vuelta al marcador.

Un tiro libre a favor de España, muy parecido al que Chile aprovechó para su segundo gol, llegó directo a las manos de Claudio Bravo, quien la próxima campaña jugará para el Barcelona.

España se acercaba a la meta en reiteradas ocasiones, pero le faltó más valentía para definir. 

Parecía que los españoles ya tenían más interés de terminar con la pesadilla que se volvió para ellos este Mundial, que remontar el marcador y mantener el sueño vivo.

En el área  chilena, los europeos se pasaban la pelota cómo si fuera “papa caliente”, no queriendo tomar responsabilidad de tirar a gol.

Sólo un destello de genialidad se le vio a Andrés Iniesta, quien en el minuto 83 se atrevió a disparar desde afuera del área, sorprendiendo a la defensa andina, pero Bravo desvió con los puños.

Los seis minutos de compensación pudieron haber sido un regalo para España, su última oportunidad de remontar (en el futbol, nada es imposible), pero ya con los ánimos por los suelos, esos minutos se sintieron como un castigo por la arrogancia con la que llegaron, y la cobardía con la que terminaron su rol en el Mundial.