El pecado de Codesal

Apenas llevamos dos jornadas de nuestra LigaMX y ya por todos lados aparecen como protagonistas los siempre bocabajeados árbitros opacando los golazos, las jugadas futboleras, los paradones y hasta los uniformes nuevos.

Codesal

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Apenas llevamos dos jornadas de nuestra LigaMX y ya por todos lados aparecen como protagonistas los siempre bocabajeados árbitros opacando los golazos, las jugadas futboleras, los paradones y hasta los uniformes nuevos.

Codesal

No es suficiente el regreso del “viejo lobo” Edgardo Codesal a la Comisión de Arbitraje para meter orden y oficio a la tan cuestionada Comisión presidida por el buen Rafael Mancilla, hombre capaz cuyo único pecado ha sido el que nunca portó el uniforme de árbitro, ni cuando se vestían solo de negro ni como ahora que les ponen colores de tono “castígame la retina”.

Codesal, siempre estudioso, profesional conocedor del oficio como el que más y cuyo pecado mortal fue hacerse a un lado de lo suyo, el arbitraje, para meterse a la comodidad del lujo de una oficina en la Femexfut, asumiendo una especie de gerencia llamada Secretaría General, desde donde se sumó a las grillas de la eterna disputa por el control de la entonces llamada Primera División.

Desde esa oficina con aire acondicionado, ya asentado en la silla, mangoneaba (¡uupps!! Asesoraba) al arbitraje y fortalecía su posición con sus jefazos de aquel entonces, que a su vez rendían cuentas a Alejandro “el Güero” Burillo, entonces mandamás del fut de Televisa.

Mareado por el poder 

La fuerza de Edgardo Codesal en el área de Concacaf, alcanzó muy altos niveles en el tema del arbitraje, su capacidad, conocimiento y liderazgo así lo avalaban.

Colocarse en la cúpula del arbitraje de Concacaf no era problema, nadie lo cuestionaba y de ahí se iba derechito en vuelo de primera clase hasta Zurich, sede de FIFA, a meterse al “Buró” de los selectos elegidos del arbitraje en el organismo rector del balompié.

Sin embargo mi buen amigo Edgardo se acostumbró a vivir en ese medio de oficinas y comidas elegantes, derecho de picaporte con los jefazos, contacto constante y negociaciones con los entonces presidentes de los equipos en la mesa de las decisiones del futbol mexicano, que antecedió a la hoy Junta de Dueños.

Ese no era el medio de Edgardo, acostumbrado al trabajo recio de todos los días y a su vocación y gusto por la cercanía a la cancha, Codesal cayó en la tentación del poder y de vivir cercano a los del poder, se alejó de su gremio y de medio, el arbitraje.

Derechito a los mataderos

Más adelante, empujado por la orden del Grupo Burillo, se lanza al ruedo como candidato a la Presidencia de la Concacaf, tratando de derrocar al trinitario de pésimo recuerdo, el pillazo Jack Warner y su contlapache el enorme, pesaba más de 140 kilos, Chuck Blazer, dueños absolutos del área con la complacencia de varios presidentes de FIFA, hasta que quiso traicionar a Joseph Blatter y eso, eso se paga con la caída al precipicio.

Edgardo Codesal perdió aquella elección por paliza, las puertas del arbitraje del área se le cerraron en las narices, regresó al arbitraje mexicano en donde su nuevo estilo draconiano, terminó por traicionarlo en aquella batalla de las grabaciones anónimas de graves acusaciones mutuas con algunos árbitros como el mejor de aquel entonces, Felipe Ramos Rizo, salió tanta mugre de aquellas grabaciones que Justino Compeán no tuvo más que pedirle la renuncia a pesar de su incuestionada capacidad.

El soborna dor de René Bejarano

Más adelante, Edgardo acepta la invitación de Carlos Ahumada, el millonariazo que entonces disfrutaba de los más millonariazos contratos con el Gobierno Perredista de Rosario Robles, hoy Secretaria de Desarrollo Social.

Carlos Ahumada se hace del Irapuato y luego del Santos Laguna, equipos para los que llama y contrata a Codesal como cabeza de la directiva, desafortunadamente para Edgardo, el gusto (o problemón) solo le dura unos meses, hasta que surge el escándalo del soborno a René Bejarano y el escándalo que esto lleva aparejado hasta que su patrón Ahumada huye del país.

Los equipos quedan a la deriva, Codesal se queda como el chinito (“nomás milando”) y el descredito de lo de Concacaf, el escándalo arbitral y lo peor, su liga (de la imaginaria, no de la de Bejarano) con Carlos Ahumada.

El beneficio de la duda

Hoy Edgardo Codesal es invitado nuevamente por Justino Compeán a poner orden y control al arbitraje de cancha, el administrativo, esto lo hace muy bien, se queda en manos de Rafa Mancilla, es una nueva era para nuestro maltrecho y lapidado arbitraje, solo que apenas llevamos dos fechas y ya se le tiran a Edgardo Codesal a la yugular.

Calma, hay que darle al menos el beneficio de la duda, estoy seguro, conozco muy bien la capacidad e integridad de Edgardo, que muy pronto veremos resultados, Roma no se hizo en un día … Así de fácil… 

 

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