El hombre que salvó el tenis

A mediados de los 90, Paul Hawkins estudiaba su doctorado en inteligencia artificial. Y también era un jugador semiprofesional de críquet.

En una ocasión manejó 482 kilómetros (300 millas) para un partido. Una vez que llegó al campo, tomó el bate e inmediatamente fue víctima de  lo que él definió como una horrorosa mala decisión del umpire.

“Ese fue un viaje de regreso muy largo a mi universidad después del partido. Tuve mucho tiempo para desahogarme y pensar”, dijo Hawkins.

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Mdd pagó Sony para comprar al Hawk Eye
"En 2001, Hawk-Eye aparecía como una herramienta en la transmisión de los partidos de críquet en Gran Bretaña. Finalmente, se convirtió en instrumento oficial”
Paul HawkinsCreador del Hawk-Eye

A mediados de los 90, Paul Hawkins estudiaba su doctorado en inteligencia artificial. Y también era un jugador semiprofesional de críquet.

En una ocasión manejó 482 kilómetros (300 millas) para un partido. Una vez que llegó al campo, tomó el bate e inmediatamente fue víctima de  lo que él definió como una horrorosa mala decisión del umpire.

“Ese fue un viaje de regreso muy largo a mi universidad después del partido. Tuve mucho tiempo para desahogarme y pensar”, dijo Hawkins.

La mayoría de nosotros reaccionamos ante las malas decisiones que van en contra de nuestros equipos reclamandole al árbitros, lanzando objetos a los televisores o publicando desvaríos exasperados en Internet.

Hawkins, en cambio, formuló una idea. ¿Qué pasaría si él pudiera utilizar su conocimiento tecnológico para hacer de las malas decisiones en el deporte una cosa del pasado?

En 1999, cuando terminó sus estudios y trabajaba en un centro de investigación de alta tecnología, Hawkins se dedicó a transformar su sueño en realidad.

Desarrolló un sistema de cámaras de alta velocidad que podría realizar un seguimiento del vuelo de las pelotas y, en conjunto con un programa informático, predecir su futuro.

Su primera intención de aplicación fue, por supuesto, en el críquet.

La mala decisión que Hawkins sufrió aquel día en el campo fue una infracción llamada Leg before wicket (LBW).

Un jugador intenta lanzar la pelota pasando al bateador y que golpee el wicket (un pequeño conjunto de troncos de madera clavados en el suelo, similar a la zona de strike del béisbol).

Si la pelota golpea la pierna del bateador primero, el árbitro debe adivinar si, sin obstáculos, la pelota podría haberse impactado contra el wicket o pasado por un lado.

Esto siempre ha sido algo subjetivo, hasta que Hawkins se dio cuenta de que no tenía que ser así.

Utilizando las mediciones de velocidad y trayectoria recogidos por el sistema de cámara que Hawkins había ideado, un equipo pudo calcular la probabilidad del trayecto natural de la pelota que la habría llevado a pegar en el wicket.

Los primeros que buscaron el sistema Hawk Eye de Hawkins fueron las cadenas de televisión que transmitían el críquet y no los oficiales de este deporte.

Repeticiones instantáneas utilizando los graficos del Hawk-Eye, donde se mostraba la ruta natural de las pelotas podría resolver las polémicas.

“En general encontramos que las cadenas de televisión, que están en un mercado competitivo, están ansiosos de mejorar la producción y dar a los espectadores un mejor producto. Las televisoras son un gran servicio de marketing para nosotros, sin embargo, las autoridades del deporte saben que todo el mundo ve en casa la mala decisión y el árbitro no.

En 2001, Hawk-Eye aparecía como una herramienta en la transmisión de los partidos de críquet en Gran Bretaña. Finalmente, se convirtió en instrumento oficial”, dijo Hawkins.

Después llegó la adaptación del Hawk-Eye para otros deportes. Repetidamente Hawkins ofrecía su sistema como una ayuda a los árbitros y honrar la santidad de los juegos, pero las organizaciones rectoras de los deportes se resistían.

“En todos los deportes en los que estamos ha habido un incidente catalizador que obliga a las autoridades a reaccionar. En el tenis, el incidente fue el partido del US Open del 2004 entre Serena Williams y Jennifer Capriati. Varias malas decisiones en contra de Serena, las cuales fueron mostradas por la televisión, exhibieron los errores del juez de silla.

El momento de la verdad para el futbol se dio en la Copa del Mundo de 2010. El inglés Frank Lampard disparó de media distancia. El balón superó al portero Neuer, pegó en el larguero, botó y salió de la portería.

Mientras que las repeticiones demostraban que el esférico había rebasado la línea de gol, el árbitro y sus abanderados no dieron el gol por bueno.

FIFA se había negado a utilizar la tecnología como apoyo a los árbitros, el organismo rector del futbol mundial aseguraba que el error humano era uno de los factores que integraban este deporte.

Pero tras el caso del gol de Lampard, FIFA sintió una mayor presión. El verano pasado esta entidad aprobó el uso del Hawk-Eye (junto con el GoalRef) para determinar cuando el balón haya rebasado la línea de gol.

Una señal será enviada a la computadora del Hawk-Eye y posteriormente al reloj del árbitro apenas un segundo después de que se diera la anotación.

Hawkins cree que él podría ayudar a los árbitros del futbol en los señalamientos del Fuera de Lugar y a los umpires para determinar qué jugador llega en safe o no a la base.

También está en pláticas con la NFL para ver cómo se puede mejorar el proceso de repetición instantánea.

Hawkins no quiere revelar exactamente en lo que está trabajando con la NFL, pero es muy posible que la próxima vez que hablemos de árbitros de reemplazo, nos podamos estar refiriendo a las cámaras y equipos en lugar de personas.

Las ventajas del Hawk-Eye

1) Entregó un resultado mucho más rápido de lo que hubiera sido si el juez de silla tiene que analizar las repeticiones.
2) Ofrecía un fuerte sentido de finalidad, porque no puede discutir con un ordenador. En 2007, Hawk-Eye se utilizaba para resolver los conflictos de pelotas en la línea en Wimbledon y otros grandes torneos.