“Warhol me dijo que yo era la única celebridad que, en lugar de 15 minutos de fama, tendría seguro 15 siglos de fama”, fueron las declaraciones de Pelé cuando el artista plástico le propuso al astro del fútbol realizarle un retrato.
Y así fue tal la grandeza, que el mismo artista retomó su cita de “15 minutos de fama”, para predecir un futuro prometedor al astro del fútbol.
Si bien, el retrato, en el cual se ve a un Pelé sonriente junto a un balón, su eterno compañero, formó parte de una serie titulada Andy Warhol: The Athletes, los cuales incluían las imágenes de O.J. Simpson, Dorothy Hamill, Kareem Abdul-Jabbar, Chris Evert y Jack Nicklaus, la pieza de Pelé marcó un parteaguas en la relación entre ambas personalidades y el inicio de una amistad.
En ese entonces, en 1978, Andy Warhol ya era mundialmente conocido por haber retratado con su Polaroid a diversas personalidades como John Lennon, Mick Jagger, Muhammad Ali y Debbie Harry, su obsesión por plasmar a las diversidades personalidades del momento, lo llevó a conocer a Pelé. El destino reuniría el talento de Warhol y la magia de Pelé, juntas en un retrato que quedó inmortalizado por la eternidad.
El inicio de una amistad
Se dice que en Andy y Pelé se encontraron en diversas ocasiones en Studio 54, un club nocturno muy famoso ubicado en Manhattan, Nueva York. A este llegaron celebridades como Mick Jagger y Rod Stewart; se bebía martini seco y llegaban personas de diversas orientaciones sexuales. Se consumía LSD, había sexo en vivo, un ambiente poco peculiar, pero que unió a estas dos grandes personalidades.
En un par de entrevistas para medios internacionales, Pelé confesó:
“Teníamos una mesa ahí, la gente de la Warner me lo presentó. Había mucho ruido, me contó que le gustaría hacer algo un día conmigo, no entendí muy bien, pensé que era un hombre raro, no tenía cuerpo de atleta. Aquella vez no entendí que era un pintor”.
Desde entonces y por varios años, Warhol y Pelé, se volvieron a ver con mayor frecuencia, sobre todo cuando el astro se retiró del fútbol con el Cosmos, en octubre de 1977.
“Lo volví a ver otras veces y ya fue cuando me dijo que quería hacer algo con el balón, pero que no estuviera en acción. No entendí nada, pero me pareció una hermosa idea. Creo que en Brasil sólo la gente de las artes habría sabido de él, en cambio aquí era muy conocido, yo lo supe por jugar en el Cosmos, pero si no, no creo que hubiera sabido quién era”, explicó Pelé.
Y así tras varios encuentros, Warhol logró con tan sólo una fotografía de su Polaroid, retratar la esencia de Pelé, quien llevaba puesta la playera del Cosmos y un balón.
Los retratos fueron realizados después de la salida de Pelé del New York Cosmos, pero el acercamiento entre el artista y el futbolista fue en esa época, a finales de los años setenta. Cabe destacar que esa reunión fue posible gracias al contrato que O Rei hizo con Warner Communications.
Se trata, pues, de una instantánea que, además de marcar un hito en la historia del arte mundial, fue como dio inicio a una amistad.
Se dice que para Warhol, la importancia de Pelé no radicaba en sus tres Copas del Mundo o en su desempeño en la cancha, sino que representaba para él una estrella.