Lograr la distinción en cualquier deporte es complicado, pero hacerlo en familia lo es aún más, pues la calidad que se lleva en la sangre debe ser máxima para abrirse camino, y así como en la NBA se han visto a diversas dinastías de hermanos, en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP) hay una que comienza a forjar su nombre en las duelas: los Andriassi.
La temporada pasada tanto Luis como Moisés clasificaron a los Playoffs de la LNBP con Leñadores de Durango y Capitanes de Ciudad de México, respectivamente, y aunque fueron eliminados casi de inmediato, los hermanos marcaron el inicio de una nueva etapa profesional para su familia.
“Esa temporada ambos vimos el esfuerzo de entrenar a diario, de esforzarse, de hacer sacrificio, porque los dos ya estábamos en un equipo profesional y tuvimos la suerte de coincidir”, explica el mayor de ellos, Luis Andriassi, en entrevista con Reporte Índigo.
Aunque apenas fue el año anterior que su apellido empezó a destacarse en los medios y entre la afición a nivel profesional, su aventura dentro del basquetbol cuenta ya con una larga trayectoria, debido a que desde niños su padre los inició en el deporte, pues “era un intenso del basquetbol”, recuerda Luis con una sonrisa.
“El gusto por el basquet es de familia, todo viene de mi papá y ahora sí que yo casi nací con el balón en la mano. Él siempre me llevó a las canchas y a entrenar porque siempre fue entrenador en Texcoco, desde chiquito era de que ‘vámonos a entrenar y acompáñame a los juego de los equipos que tengo, vamos acá, vamos allá’ y desde ahí fui agarrando el gusto”, menciona.
Ante el ejemplo de su padre, Moisés, Josué (el otro hermano Andriassi) y Luis desarrollaron rápidamente su talento, lo que llevó al mayor de ellos a estudiar en el Tecnológico de Monterrey Santa Fe, y jugar a nivel colegial con los Borregos.
No obstante, en este punto de la historia las malas noticias llegaron para la familia y los ‘Tres Andriassi’ tuvieron que reponerse de la muerte de su padre cuando estaban realizando una buena temporada en la preparatoria, hecho que orilló indirectamente a Luis a tomar el rol del ejemplo a seguir para sus hermanos menores.
“Quieras o no como que indirectamente yo tomé ese papel de ser el ejemplo a seguir, porque siempre me preguntaba qué les hace falta, si estaban bien y me acuerdo que yo pensaba mucho en que no se me fueran a deprimir, porque si yo me sentía de la fregada ahora ellos que son más chicos, pero algo que me tranquilizó mucho fue que hubo un momento en que ellos me dijeron: ‘tú no te preocupes, estamos bien, no tienes que tomar ese rol como de nuestro papá porque no lo eres’, eso me demostró que ellos también lo estaban tomando con madurez”, dice.
Esa fortaleza moral de los hermanos ante el duelo sirvió para unirlos más, por lo que desde ese momento, hasta ahora, todas las decisiones personales y profesionales las toman juntos.
“Recuerdo que ese año ganamos justamente el campeonato de la ABE y nosotros sabíamos que era gracias a él. Todo ese año le puse una silla en cada uno de los partidos y yo sentía que me veía, y cada que tenía una dificultad volteaba a ver esa silla y siempre le hablaba, le decía que me ayudara que me diera una señal de lo que tenía que hacer”, rememora con nostalgia.
Comenzó la aventura de los Andriassi
En el último año de la universidad, Luis Andriassi llamó mucho la atención de varios equipos profesionales, y aunque él estaba concentrado en disputar el torneo ‘Los Ocho Grandes’, al ser la última edición que jugaría, el destino le tenía una sorpresa, ya que sería eliminado de aquel certamen, derrota que le abrió una puerta más atractiva.
“Yo estaba jugando un lunes, pero me eliminan de ‘Los Ocho Grandes’ y el viernes ya estaba debutando como profesional con Mantarrayas. De cierta manera me ayudó que fuera de esa manera mi debut, porque sólo así visualicé que todo lo que entrené y me esforcé ya lo veía reflejado”, asegura.
Luis Andriassi afrontará este año su tercera temporada como profesional, la segunda en la LNBP, ahora con las Abejas de León, donde buscará consolidarse para después buscar un llamado a la Selección Mexicana y luego dar el salto al extranjero.