A la hora de defender los derechos de la comunidad LGBT, la FIFA tiene un diferente silbato para juzgar.
Aunque ayer anunció que no habrá sanción contra la Selección Mexicana, el organismo de futbol causó polémica al abrir una investigación, por presunta homofobia, contra los aficionados de México que gritaban “puto” al portero contrario.
“El Comité Disciplinario decidió que el incidente en cuestión no es considerado insultante en este contexto específico. Todos los cargos contra la Asociación Mexicana de Futbol fueron descartados”, declaró la FIFA en un comunicado.
Pero el organismo rector del balompié mundial no personas del mismo sexo se castigan con cinco años de cárcel.
Al respecto, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se ha limitado a decir que los homosexuales tengan cuidado en las sedes mundialistas.
“Yo diría que ellos (los fanáticos gay) deberían abstenerse de cualquier actividad sexual”, declaró en diciembre del 2010.
La actitud de Blatter ocurre a pesar de que organismos civiles han exigido a la FIFA que actúe para que en estos torneos se respeten los derechos de la comunidad LGBT.
“Estos son asuntos de derechos civiles, pues fanáticos y jugadores de todas las razas, religiones y sexualidades necesitan sentirse cómodos al ir a las Copas del Mundo de Rusia y Catar”, expresó en 2013, Piara Power, director del grupo anti-discriminación FARE.