Novak Djokovic ganó el lunes una batalla judicial en Australia para competir en el Abierto de Australia pese a no estar vacunado contra el COVID-19. Sin embargo, el gobierno del país amenazó con cancelar su visa por segunda vez y deportarle.
Horas después, el astro del tenis saltó a una cancha y se entrenó, informó su hermano a la prensa. El propio Djokovic tuiteó que su intención sigue siendo jugar en el primer Grand Slam de la temporada.
I’m pleased and grateful that the Judge overturned my visa cancellation. Despite all that has happened,I want to stay and try to compete @AustralianOpen
I remain focused on that. I flew here to play at one of the most important events we have in front of the amazing fans. 👇 pic.twitter.com/iJVbMfQ037— Novak Djokovic (@DjokerNole) January 10, 2022
El juez australiano de Corte de Circuito, Anthony Kelly, restauró la visa de Djokovic, cancelada la semana pasada porque las autoridades decidieron que no cumplía los criterios para una exención al requisito de que todos los viajeros sin ciudadanía australiana hubieran completado su vacunación para entrar en el país.
Kelly concluyó que el jugador, número uno del ranking mundial, no tuvo tiempo suficiente para hablar con sus abogados antes de que se tomara esa decisión y dio 30 minutos al gobierno para liberar al deportista del hotel de cuarentena de Melbourne donde había pasado las cuatro noches anteriores.
Tras el fallo, el abogado del gobierno Christopher Tran dijo al juez que el ministro de Inmigración, Ciudadanía, Servicios Migratorios y Asuntos Multiculturales, Alex Hawke, “considerará si ejerce un poder personal de cancelación”.
Eso implica que el campeón de nueve Abiertos de Australia y defensor del título podría volver a enfrentarse a una deportación y podría perderse el torneo de este año, que comienza el 17 de enero. También podría ver vetada su entrada en el país durante tres años.
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El caso ha atraído atención internacional y provocado una conmoción en Australia, donde en un principio muchos vieron con malos ojos que Djokovic, quien se ha mostrado abiertamente escéptico con la vacunas, hubiera recibido una exención a las estrictas normas para competir en Melbourne. Muchos sintieron que el astro estaba recibiendo un trato especial, ya que los australianos no vacunados enfrentan duras restricciones de viajes y cuarentenas. Los documentos judiciales indicaban que el tenista no está vacunado.
Pero cuando la policía de frontera le impidió pasar a su llegada, otros se mostraron en contra y dijeron que se le estaba utilizando como chivo expiatorio para un gobierno australiano criticado por su gestión reciente de la pandemia.
En declaraciones a la televisora Prva en Belgrado, Serbia, el hermano del tenista, Djordje Djokovic, describió el fallo judicial como una “gran derrota para las autoridades australianas”.
Sin embargo, señaló que la familia había oído que su hermano podría ser detenido. No dio más detalles. “Es fue definitivamente político, todo esto fue político”, añadió.