Después de firmar tablas ante Serbia (0-0), eliminada de la Eurocopa, Dinamarca se clasificó para los octavos de final del torneo como segunda de grupo, y será el rival del equipo anfitrión, Alemania, tras superar en un galimatias de números a Eslovenia, con la que empató a todo y a la que superó por haberla ganado en sus enfrentamientos directos durante la fase de clasificación.
Cuando llegó el final de un partido bastante espeso, las calculadoras comenzaron a echar humo. Tanto Dinamarca como Eslovenia, tenían tres puntos. El siguiente factor a tener en cuenta, el número de goles, estaba también igualado; como en el número de tarjetas amarillas; y también, los puntos de ambos en la fase de clasificación (22), ya que coincidieron en el mismo grupo y también firmaron tablas; finalmente, los partidos entre los dos del mes de junio y de noviembre de 2023, resueltos con un empate y una victoria para Dinamarca, resolvió el galimatías.
Pero antes de llegar a ese punto, el equipo dirigido por Kasper Hjulmand intentó la victoria. Llegó a la cita definitiva para alcanzar los octavos de final con un registro bastante más saludable que Serbia. Aunque sus correctas puestas en escena con dos empates frente a Eslovenia e Inglaterra sólo se habían traducir con un par de puntos, por lo menos parecía jugar a algo, con una idea y un criterio, todo lo contrario que su anárquico rival.
Con el otro Hjulmand al mando (Morten), el hombre de moda en su selección tras su golazo al combinado británico, y con Hjobjerg como buen escudero en la sala de máquinas junto al buen momento de Eriksen, Dinamarca consiguió cierta identidad a falta de rematar arriba las jugadas. Hojlund y Wind, aún desaparecidos en combate, no conseguían dar con la tecla para dar a su equipo ese plus necesario con el que ser diferencial.
Muralla danesa
Kasper Hjulmand mantuvo su bloque, salvo por la aparición de Maehle en el lateral izquierdo por Kristiansen en la búsqueda de algo más de profundidad. Enfrente, Dragan Stojkovic insistió en dejar de nuevo a Jovic en el banquillo. Su tanto salvador sobre la bocina ante Eslovenia no le valió una titularidad. Tampoco la consiguió Vlahovic, que se cayó del once. Como Tadic y Mladenovic, otros que se fueron al banquillo.
Y ese es el problema de Serbia, que no encuentra un esquema más o menos fijo. Nada de lo que prueba Stojkovic funciona. Tiene buenos jugadores, individualidades de categoría, pero algo falla en su equipo. En el descanso, volvería a hacer cambios, hasta dos, con la entrada de Jovic y de Tadic. Siguió buscando la verdad, el camino en el que su selección siempre anduvo perdido porque en la primera parte no hizo absolutamente nada.
Dinamarca acaparó todo: la posesión y las ocasiones. Serbia ni se acercó a la portería de Schmeichel y sobrevivió con las paradas de Rajkovic, que intervino de manera providencial a un par de lanzamientos de Eirksen y de Hojlund. El portero del Mallorca, sin duda, sostuvo a su equipo, que esperaba reaccionar tras el paso por vestuarios con sus novedades y con una mejor actitud.
Tadic y Jovic aportaron un poco más de empuje a Serbia que apenas duró diez minutos en los que revolucionaron el duelo. En ese periodo de tiempo, Jovic provocó un gol en propia meta de Christensen, pero en su arrancada estaba en fuera de juego y la alegría balcánica se fue a pique cuando el VAR confirmó la posición antirreglamentaria.
Dinamarca no se arredró y volvió a agarrar la pelota. Daba gusto ver sus combinaciones en el medio y sus rápidas transiciones hacia delante. Pero faltaba rematar la faena, porque Dinamarca no terminaba de encontrar el camino hacia la portería de Rajkovic. Sólo desde lejos, pero en esta ocasión Hjulmand no estuvo fino como ante Inglaterra, y a balón parado, pudo hacer daño: Vestergaard, con un cabezazo a la salida de un córner, pudo marcar, pero apareció otra vez Rajkovic.
El tiempo fue pasando irremediablemente para ambos equipos, sobre todo para Serbia, que necesitaba un gol para seguir en la Eurocopa. Stojkovic, desesperado, probó con Vlahovic para los últimos veinte minutos y Serbia apareció con toda su artillería. Acumuló tres delanteros y, salvo un remate de Mitrovic, ni así consiguió generar nada más allá del tanto anulado.
Y en esta ocasión, no hubo remate salvador de Jovic ni de nadie en el tiempo añadido, como unos días antes frente a Eslovenia. Todo quedó igual, en un sombrío empate sin goles y en una triste despedida para Serbia, que asistió decepcionada a la celebración de Dinamarca, segunda de su grupo gracias a la calculadora y a una victoria sobre Eslovenia allá por el mes de noviembre de 2023 que en esos momentos nadie pensó que sería tan importante. El rival en octavos de los daneses será Alemania, el sábado.