Devolver el orgullo nacional

Acudir a los llamados de las selecciones mexicanas de los distintos deportes dejó de ser una distinción para algunos deportistas, y se ha convertido en una carga por lo que dejan de asistir a las convocatorias

Vestir el uniforme de las selecciones nacionales dejó de ser una distinción de honor para algunos deportistas, quienes han dejado de acudir a los llamados para darle prioridad a sus carreras individuales, por lo que el lema de ‘México es un equipo’ ha quedado en buenas intenciones.

Cada vez son más los casos de jugadores que rechazan las convocatorias de la Selección Mexicana en deportes como futbol, beisbol o basquetbol, quienes por diversas circunstancias han dejado pasar la oportunidad de representar a su nación en compromisos internacional.

El caso más reciente fue el de Jesús Manuel ‘Tecatito’ Corona, quien de último momento declinó su llamado a la Selección Mexicana de Futbol bajo el argumento de una lesión que su equipo, el Porto de Portugal, no notificó a tiempo, en la que fue su tercera negativa

Además de Corona, otros futbolistas como Carlos Vela o Carlos Salcido en algún momento no quisieron reportar con la Selección. Esta situación no es exclusiva del futbol, ya que hace unas semanas el ‘rey de los deportes’ tuvo partidos de preparación en Japón, pero el presidente de la Liga Mexicana de Beisbol, Javier Salinas, recibió respuestas negativas de jugadores o de sus clubes.

“Hay casos en que los jugadores no muestran mucho interés de estar, como el caso de Efrén Navarro, no mostró mucho interés de estar (con la selección), en el caso de Christian Villanueva nos pedían un pago de fianza, son de las cosas que el beisbol a nivel mundial tiene que evolucionar, porque esto también pasa en otros deportes y en el más desarrollado como lo es el futbol”, dijo Salinas en una conferencia de prensa.

El directivo aseguró que tal postura puede ser castigada debido a que la Ley de Cultura Física y Deporte de México establece que ningún profesional se puede negar a jugar con un representativo nacional, aunque la solución no es obligarlo sino lograr que se sienta comprometido a dar lo mejor por su país.

“No se trata de obligar a nadie. Tenemos que recuperar ese sentimiento de venir. En otros deportes te habla hasta la tía del jugador por ir a la Selección y te dice que su sobrino es muy buena persona y que lo debes llevar a la Selección, queremos eso. Que los jugadores se molesten cuando no son convocados, que los jugadores quieran estar aquí”, explicó Salinas.

La competitividad, otro problema

Pero la falta de identificación con la Selección Mexicana no sólo es ese factor que detiene a los jugadores a portar los colores de su país, sino que también los tipos de partidos, que en su mayoría son compromisos ‘moleros’, principalmente en futbol, ya que esto frena a elementos a hacer un largo viaje para ni si quiera jugar un partido completo en el corto tiempo que estarán concentrados o arriesgar su integridad ante rivales de poca calidad sin nada en disputa más allá de una exhibición.

“Si el calendario de juegos fuese contra selecciones bien tratadas, conocidas, en días de fecha FIFA, yo creo que los jugadores estarían de acuerdo en venir. Pero hacerlos venir para juegos en Estados Unidos que ya sabemos de qué se trata, hacerlos venir para todo eso me parece que es cuando los jugadores empiezan por sentir una indiferencia no por la selección nacional, sino por esos juegos que le hacen daño a la selección nacional”
Carlos AlbertAnalista deportivo

“También entiendo que cuando la Federación Mexicana de Futbol, simplemente por hacer negocio, manda a llamar a los jugadores para los juegos moleros, a mí me parece que eso desanima mucho a los jugadores que están en Europa sobre todo a los que están tan lejos”, explica en entrevista el analista deportivo y exseleccionado mexicano, Carlos Albert.

De acuerdo con el especialista en futbol y el presidente de la LMB la solución es clara para todos, pues ofreciendo partidos contra rivales de renombre y beneficios para los jugadores se logrará revivir ese sentimiento de identificación nacional y terminar con las respuestas negativas a las convocatorias.