América está desahuciado. En su propia casa y con su afición, las Águilas quedaron exhibidas por unos Pumas que, sin piedad, los golearon 3-0 y dieron un paso importante rumbo a la gran Final del Apertura 2015.
En la Liguilla, las decisiones sobre la cancha siempre serán trascendentales. Por ello los azulcrema terminaron devorados al ser víctimas de sus propios errores, como por ejemplo perder a dos hombres por doble tarjeta amarilla.
Porque a pesar de haber comenzado con buenas aproximaciones al marco de Alejandro Palacios, después las Águilas terminaron tímidas y maniatadas; nada que ver con el equipo que enfrentó los Cuartos de Final ante el León.
Y todo porque el superlíder que anduvo ausente en el pasado encuentro ante Veracruz se encargó de darle una sacudida a su rival de Clásico Capitalino.
En un momento de debilidad por el comportamiento de sus jugadores, América se quedó con nueve hombres.
El juego comenzó a calentarse, un clásico así se presta pero los de Coapa fueron quienes más sufrieron. Y es que el árbitro decidió expulsar a Pablo Aguilar por acumular una segunda tarjeta amarilla tras una falta sobre Ismael Sosa.
Pero en la discusión con el árbitro Fernando Guerrero, el ánimo subió de tono y Miguel Samudio también tuvo que abandonar el partido.
Entonces, el delantero Sosa le ganó las espaldas a la defensa del América para empujar la pelota con un cabezazo para anotar el 1-0 de la noche.
En jugada de desdoble cayó el 2-0 para Pumas, esto cuando luego de un pase filtrado de Fidel Martínez, su compañero Gerardo Alcoba venció nuevamente a Moisés Muñoz.
Posteriormente, Eduardo Herrera se lució ante el pletórico estadio Azteca con una sorprendente anotación luego de un centro al área de Emanuel Ludueña que concretó en el fondo de las redes con un cabezazo contundente y colocó el 3-0 en el marcador.
Con todo y el ánimo decaído, América deberá seguir preparándose para los 90 minutos restantes de esta serie ante Pumas, la cual continuará al medio día del domingo en la cancha de Ciudad Universitaria.
Las Águilas deberán conectarse pronto como equipo o sino verán terminadas sus esperanzas de una nueva Final, sobre todo porque necesitan por lo menos tres goles y que no les vuelvan a anotar.
“Los milagros no existen, creo en la entrega y orgullo de mis jugadores. Quedan 90 minutos y si Pumas nos metió tres jugando contra nueve, podemos remontar”, dijo Nacho Ambriz.