Contragolpe numérico

El futbol es algo más que un deporte o un espectáculo que puede entretener a la gente, también es un medio para educar, y así lo entendieron en Rumania.

Aprovechando el interés que hay en este deporte de parte de la afición rumana, luego de que el equipo nacional consiguiera su pase a la próxima Eurocopa 2016, la selección adoptó una medida que bien puede ser considerada como “un contragolpe numérico” contra el desagrado a las matemáticas. 

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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El futbol es algo más que un deporte o un espectáculo que puede entretener a la gente, también es un medio para educar, y así lo entendieron en Rumania.

Aprovechando el interés que hay en este deporte de parte de la afición rumana, luego de que el equipo nacional consiguiera su pase a la próxima Eurocopa 2016, la selección adoptó una medida que bien puede ser considerada como “un contragolpe numérico” contra el desagrado a las matemáticas. 

En sus uniformes de entrenamiento, los seleccionados rumanos portan una operación matemática con el objetivo de familiarizar a los aficionados con símbolos básicos como suma, resta, multiplicación y división.

Así, para saber qué número portaba Nicolae Stanciu, Ovidiu Hoban o Cristian Sapunaru, los aficionados tenían que hacer la operación matemática.

Previo a su duelo amistoso del pasado domingo ante la selección de España, los seleccionados rumanos aparecieron con estos números y símbolos en sus playeras durante el entrenamiento. 

“Futbol y matemáticas no son excluyentes. Debemos ver el deporte y la educación no sólo como elementos complementarios, sino fundamentales en la integración en la preparación y perfeccionamientos de los niños”, explicó Razvan Burleanu, presidente de la Federación Rumana de Futbol.

“A través de este proyecto, los niños aprenderán las regla básicas del fútbol y tendrán la oportunidad por primera vez en nuestro país de descubrir las matemáticas de una manera atractiva”, añadió.

El futbol trata de esta manera de ayudar a que disminuya la deserción escolar. Y es que el 18 por ciento de la población escolar en Rumania no terminan los estudios, esto representa uno de los peores índices de toda la Unión Europea. 

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