Contragolpe de Hacienda

Bajo esa enorme algarabía que produce el futbol de España entre los fanáticos al balompié, se esconde un enemigo tenebroso que silenciosamente está preparando su gran ataque a la liga, donde podría hacer desaparecer en un dos por tres a algunos clubes del certamen más famoso del mundo: el fisco.

Ni los logros más importantes del Barcelona ni las copas que ha conseguido el Real Madrid en su historia podrían darle confort a las tremendas deudas que estos equipos, junto a otros más, tienen con Hacienda, pues recientemente el gobierno dio a conocer que la liga adeuda unos 988 millones de dólares y que la cifra va en aumento constante.

La exorbitante deuda que posee el futbol español a la agencia tributaria no es más que el reflejo de la propia crisis que padece España, es la economía real de la nación, por tanto diversos clubes peligran al borde del embargo ya que las autoridad no piensan brindar trato especial bajo ninguna excepción.

“Los clubes no recibirán un trato especial a la hora de cobrarle los impuestos”, dijo Miguel Cardenal, secretario de deportes, pero reconoció que es “imposible” esperar que paguen todas sus deudas antes de junio, aunque esperarán mediante dialogo encontrar un plazo razonable para solventar el adeudo.

Lo cierto es que ningún gobierno quiere asumir la responsabilidad de quitarle al pueblo el espectáculo donde hoy día refugia sus emociones, pues de acuerdo al economista José María Gay, exigir un pago sin afectar a los clubes desencadenaría la furia de los hinchas a las autoridades.

“Hay futbol el fin de semana y tres días por semana, y todo esto nos oculta la cara de la realidad. Todos están concentrados en el Barsa y Madrid, que son los reyes de la fiesta, aún cuando muchos clubes están viviendo una situación muy peligrosa”, dijo Gay.

Hasta este momento las reuniones de ambas partes del problema siguen en la encomienda de tener soluciones para la tremenda deuda del futbol español, lo que sí es urgente es un plan de rescate financiero que supervise y controle rigurosamente los gastos antes de que el problema sea mucho peor.