La historia de Lance Armstrong está lejos de terminar, aunque parece que cuando lo haga, tendrá un final no tan negativo para el exciclista.
Aceptar el uso de sustancias dopantes para convertirse en siete veces ganador del Tour de Francia, apunta más a tratar de evitar más daño personal y acciones que podrían enviarlo a la cárcel durante algún tiempo, que a decir la verdad por el bien del deporte.
“Necesitamos cuestionar sus motivos reales para hacer esto (confesar). Si era decir la verdad ¿por qué no lo hizo hace mucho tiempo?”, comentó a la prensa internacional Ashley McCown, quien se especializa en crisis de comunicación como presidente de la compañía Boston-based Solomon McCown & Co.
“Habría sido mucho más creíble si lo hubiera hecho hace un año o dos. Las motivaciones parecen ser más bien egoístas y no sólo las de decir la verdad de una vez por todas”, añadió McCown.
Un acuerdo con las autoridades antidopaje y la justicia estadounidense apunta a ser la principal motivación de Armstrong para confesarse con Oprah Winfrey.
La entrevista que al parecer no será editada, se transmitirá este jueves en OWN, el canal temático de la presentadora, quien un día después de platicar con el texano, aseguró sentirse sorprendida por la sinceridad de su invitado.
El diario The New York Times reveló que el texano no tiene pensado testificar contra sus colegas, pero sí contra varios responsables de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y quizá también contra algunos propietarios del equipo con el que ganó seis de sus siete títulos en París.
A lo primero Armstrong habría accedido para reducir la sanción de por vida que le impuso la agencia antidopaje de Estados Unidos y que le impide competir en las pruebas atléticas en las que el ciclista había empezado a participar en los últimos años.
Lo segundo tiene que ver con la demanda presentada para recuperar el presupuesto del equipo US Postal, en cuyo patrocinio se invirtieron unos 30 millones de dólares del contribuyente.
Armstrong podría apuntar contra quienes han dirigido la UCI en los últimos años: Hein Verbruggen (1991-2005) y Pat McQuaid (2005), sobre quienes siempre ha planeado la sospecha de haber encubierto los manejos del deportista de Austin.
Bajo el código de antidopaje en Estados Unidos, si se proporciona ayuda a las autoridades para investigar a otras personas u organismos, la sanción al implicado podría reducirse hasta en un 75 por ciento.
Sin duda esta medida sería en beneficio de Armstrong, quien tras sus declaraciones públicas, tendría que ser sometido a un juicio federal por perjurio.
Obligado a declarar
La Unión Ciclista Internacional (UCI) aseguró que si Lance Armstrong admitía su dopaje e implicaba a dicho organismo, debía declarar ante la Comisión independiente que investiga el caso de dopaje sistemático denunciado por la Agencia Americana Antidopaje (USADA).
“Si estas acusaciones resultan ser ciertas alentamos a Lance Armstrong a declarar ante la comisión independiente encargada de investigar las denuncias contra la UCI”, señaló el organismo por medio de un comunicado.