Aunque para muchas deportistas profesionales el embarazo puede llegar a representar un retroceso, y en ocasiones el punto y final de su carrera, para Ana Laura Ávila Jiménez, campeona nacional e internacional de culturismo, el ser madre le ha dado sentido a su trayectoria como atleta.
“A los 16 años me llamó la atención ir al gimnasio y hacer pesas y lo combinaba con ir a correr con mi papá los sábados y domingos. Tiempo después entré a estudiar Administración de Empresas. A pesar de que no pensaba dedicarme al deporte, nunca dejé de entrenar. Cuando terminé la carrera me casé y tuve a Frida, mi primera hija, y fue ahí cuando cambió mi vida”, dice para Reporte índigo.
Ganadora de la Copa Ciudad de México 2018 y el World Championship 2018, Ana Laura ha celebrado cada vez de forma diferente el 10 de mayo, al sumar constantes logros en su carrera dentro del culturismo.
“Al ser madre, con la intención de no descuidar a mi hija y estar siempre para ella, fue eso lo que realmente me hizo pensar que yo no podía estar todo el día en una oficina. Además de que no me gustaba estar encerrada, siempre quise estar con mi hija para apoyarla. Fue un trabajo bien padre porque me permitió durante la infancia de mi hija combinar el trabajo, mi casa y nunca descuidar a mi familia”.
Su experiencia como madre la fortaleció para tomar una decisión que no solamente ponía en riesgo su futuro, sino también el de su hija. Con la presión de ser la principal proveedora de su familia, Ana Laura se aventuró en el mundo del culturismo con el objetivo de pasar más tiempo en casa y, sobre todo, proporcionarle a Frida un futuro más estable.
“Yo tenía que ver por mis propios medios la manera de tener otra entrada de dinero, pero a la vez cuidarla y generar dinero. Sí influyó el ser mamá para poder tomar una decisión y decir: ‘a qué me voy a dedicar para no descuidar a mi hija y al mismo tiempo ser proveedora de un hogar’”, recuerda.
El amor por Frida le dio luz a un camino que parecía no tener certeza alguna, pues con la maternidad encontró el motor para traer nuevos éxitos a su vida y pasar a una nueva faceta que le resultó en más satisfacción de la que pudo haber soñado.
“Aunque es algo que nunca imaginé, hoy en día no me arrepiento de nada porque es lo que más me gusta hacer y al mismo tiempo no descuidé la parte de ser mamá y ama de casa, eso es claramente lo más importante”, afirma.