Clavados, la disciplina olímpica de la grandeza mexicana
De las 71 medallas que tiene México en Juegos Olímpicos, 15 provienen de los saltos ornamentales, que se reafirman como el deporte de élite en el país
Francisco SánchezSí, solo era cuestión de tiempo para que cayera la primera medalla mexicana en clavados en estos Juegos Olímpicos. El honor le correspondió a Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez, quienes reafirmaron que el verdadero deporte nacional, y hegemónico, son los saltos ornamentales.
En su historia, México ha obtenido 71 medallas olímpicas y, de éstas, 15 han sido aportadas por los clavados; es decir, una de cada cinco preseas aproximadamente, vienen de una disciplina que tuvo en Joaquín Capilla a su primera gran leyenda.
Con él, en los Juegos de Londres 1948, comenzó la cosecha de medallas para los clavados mexicanos, los cuales tuvieron su punto clímax en Londres 2012 donde se ganaron tres preseas (dos platas y un bronce). Una de ellas, justamente fue ganada por Alejandra Orozco y Paola Espinosa, en clavados sincronizados plataforma femenil.
En aquel entonces, Orozco tenía 15 años y se convirtió en la medallista mexicana más joven de la historia. Nueve años después, en la misma prueba, Alejandra ganó su segunda presea y lo hizo al lado de Agúndez, de 20 años, y quien incluso superó el COVID-19 y la muerte de su entrenador Yunieski Hernández.
“Fueron días de presión porque veníamos con un buen entrenamiento y continuidad. De repente, salí positiva y fue parar completamente. No sólo fui yo, también fue mi mamá porque yo la contagié”, relató Agúndez antes de su participación en Tokio.
“Fue difícil porque mi mamá se puso mal unos días, más enferma. Yo no pasé de un dolor de cabeza, pero ella sí, fueron días complicados, de mucha tensión”.
Las mexicanas totalizaron 299.70 puntos, que les valieron el tercer puesto en la competencia. Las chinas Yuxi Chen y Jiaqi Zhang, quienes acumularon 363.78, se llevaron el oro mientras que las estadounidenses Jessica Parratto y Delaney Schnell se quedaron con la plata con 310.80.
Así, el equipo mexicano de clavados extendió su racha a cuatro Juegos Olímpicos consecutivos obteniendo una presea y, por tercera vez se subió al podio en la prueba de sincronizados plataforma femenil.
“La primera medalla fue cuando tenía 15 años y no sabía lo que estaba haciendo, pero aquí nos motivamos, sabíamos que podíamos sumar juntas, ahora yo guiando a Gaby y por eso valoro mucho esta segunda medalla olímpica”, dijo Orozco, quien es la novena deportista mexicana en la historia en presumir al menos dos medallas olímpicas y la cuarta clavadista junto con Joaquín Capilla (4), Paola Espinosa (2) y Germán Sánchez (2).
“Aun no me la creo que ya son dos medallas y con muchos años de diferencia, viviéndolas de manera distinta, la primera estaba al lado de un ídolo y ahora mucho después con Gaby que es una niña y ya creó su propia historia”, agregó Orozco.
Y tras el bronce, lo que falta. Sin contar la prueba de trampolín 3m sincronizados varonil, que se realizó hoy en la madrugada, México aún tiene posibilidades en las pruebas individuales de plataforma y trampolín 3m.
‘Nos adelantamos un poquito en el festejo’
La medalla de bronce ganada por Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez no estuvo exenta de polémica, pues fueron captadas celebrando el yerro de la pareja japonesa (Arai Matsuri y Minami Itahashi) en su quinto clavado, hecho que les aseguró el tercer lugar.
“Nos adelantamos un poquito (en el festejo), pero faltaba Alemania y después pensamos: ‘hay que esperar hasta que salga el último y, entonces sí, celebrar’. Cuando tira Alemania, sabíamos que estábamos en tercero, así es que empezamos a soltar la adrenalina que traíamos y ya luego se dio la medalla”, dijo Orozco.
“Pensamos en lo que hicimos. Lo traíamos en la mente desde siempre, hemos picado mucha piedra durante años y ahora está la recompensa”.
Esta acción generó polémica, pues hubo periodistas como David Faitelson que criticaron el hecho, mientras que la mayoría defendió a las mexicanas, al argumentar que se trató de un hecho derivado de la emoción del momento.