La mayoría de las futbolistas que ganaron el Mundial con España levantaron el boicot a la selección femenina en la madrugada del miércoles tras la intervención del gobierno para cerrar un acuerdo que se espera que produzca cambios estructurales inmediatos en la Federación Española de Fútbol.
Dos jugadoras, las futbolistas del Barcelona Patri Guijarro y Mapi León, optaron por abandonar la concentración en Valencia, una ciudad del este del país, tras recibir la garantía del gobierno que no serían sancionadas. Las demás se quedaron luego de que se les aseguró que se atenderían algunas de sus demandas de reformas.
Las futbolistas se habían presentado en la concentración el martes tras haber sido incluidas, en contra de su voluntad, en la primera convocatoria de la nueva seleccionadora, Montse Tomé, en la víspera, en el último giro de la crisis que ha sacudido al fútbol español luego de que el expresidente de la REFE, Luis Rubiales, dio un beso no consentido a Jenni Hermoso en los labios el mes pasado, durante la entrega de la Copa del Mundo a España en Australia.
Los detalles concretos de los cambios acordados no se hicieron públicos luego de la reunión de varias horas en la que participaron el máximo responsable gubernamental de deportes, las futbolistas, Tomé y directivos de la RFEF. El encuentro acabó cerca de las 05:00 de la madrugada del miércoles.
La presidenta del sindicato de futbolistas FUTRPO, Amanda Gutiérrez, apuntó que se han dado pasos para establecer el mismo trato para las selecciones masculina y femenina.
“Se ha acordado hacer cambios en la estructura de fútbol femenino (…) queremos pasar a ser exactamente igual que el del masculino, profesionalizar más la selección”, apuntó.
Víctor Francos, secretario de Estado de Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), dijo que la “reunión cordial” llevó a la creación de una comisión en la que participarán las jugadoras, la RFEF y el gobierno.
Los acuerdos deberían promover avances en políticas de género e igualdad salarial, además de cambios estructurales en el fútbol femenino. No quedó claro, sin embargo, si habrá despidos en la Federación.
Las que siguen con el boicot
Una de las demandas de las futbolistas era que el presidente interino de la RFEF, Pedro Rocha, quien asumió el cargo tras la renuncia de Rubiales, deje también el puesto.
León y Guijarro no juegan para España desde que formaron parte del grupo de 15 futbolistas que protestó el año pasado, negándose a jugar con la selección hasta que la federación estableciese un ambiente de trabajo “más profesional”, en lo que resultó ser un anticipo de la revuelta actual.
“La situación para Patri (Guijarro) y para mí es diferente a la de las demás compañeras”, dijo León al abandonar la concentración. “No han sido ni las formas ni las maneras para volver (al equipo). Al final no estamos en condiciones de decir ‘Volvemos’. Es un proceso. Estamos contentas porque es verdad que se está produciendo cambios”.
El ministro interino de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, se mostró esperanzado porque las esperadas reformas de la RFEF generen un ambiente en el que “las jugadoras se sientan realmente motivadas, se sientan cómodas, se sientan felices para jugar y para ganar”.
Iceta indicó que la Federación tiene previsto celebrar elecciones anticipadas a principios de 2024.
“Esperemos que eso sea ya el punto definitivo de la renovación de la Federación”, agregó.
La polémica
Según los funcionarios, las futbolistas no pidieron la dimisión de la nueva seleccionadora. Tomé fue asistente de Jorge Vilda en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Renunció en pleno escándalo por los actos de Rubiales, pero tras el cese de Vilda accedió a regresar y sustituirlo en la banca de La Roja.
La entrenadora eligió el lunes a casi la mitad de las 39 profesionales que dijeron que no volverían a jugar con la camiseta de España hasta que se cumpliesen sus exigencias, incluyendo 15 campeonas del mundo. Hermoso no figuraba en la lista “para protegerla”, según Tomé.
La delantera del Pachuca mexicano, que ha repetido que no consintió el beso que recibió de Rubiales, ha acusado a la RFEF de intentar intimidar a sus compañeras al incluirlas en la convocatoria de la selección en contra de su voluntad.
El anuncio de la lista de seleccionadas para los próximos compromisos de España estaba previsto para el viernes, pero se demoró al no poder alcanzar un acuerdo con las jugadoras.
Las futbolistas indicaron que, aunque les sorprendió el llamado, se presentaron en la concentración para no infringir con la ley del deporte española, que exige que los deportistas respondan a la llamada de sus respectivas selecciones a menos que existan circunstancias que se lo impidan, como una lesión.
No acudir les habría podido suponer una multa o incluso la prohibición de jugar con sus clubes. Las sanciones se aplican a pedido de la federación correspondiente, y es el CDS quien decide si son pertinentes.
Tras las reuniones, el gobierno dijo que no sancionará a las futbolistas que decidieron abandonar la concentración.
Los juegos
España disputará dos partidos de la Liga de las Naciones: contra Suecia el viernes y frente a Suiza el martes. El equipo entrenará más tarde el miércoles en el hotel de Valencia donde se celebró la maratoniana reunión.
La reunión entre las jugadoras y los responsables del fútbol español coincidió con el encuentro entre el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y el máximo mandatario de la FIFA, Gianni Infantino, en Nueva York para promover una candidatura conjunta con Portugal y Marruecos para organizar la Copa del Mundo masculina de 2030.
El gobierno de Sánchez ha mostrado su preocupación porque el escándalo de Rubiales empañe las opciones de la candidatura.
Políticos, clubes y futbolistas, además de muchos aficionados españoles, han respaldado a las jugadoras en su enfrentamiento con la Federación. El gobierno y grupos feministas calificaron lo ocurrido como el “Me Too” del fútbol español.