Carístico, de las patadas a las llaves de la lucha

La historia de la lucha libre se ha caracterizado por décadas y figuras, pues fue así como El Santo, Blue Demon, Rayo de Jalisco, Los Hermanos Dinamita, Konnan o el Perro Aguayo pudieron marcar un antes y un después en el siglo pasado; sin embargo, y pese a que una nueva generación de “Juniors” venía “llaveando” fuerte en los encordados, ninguno tuvo el talento suficiente para crear el efecto que las grandes leyendas habían generado con anterioridad. Los aficionados a la lucha libre tuvieron que esperar hasta 2004 para que un nuevo ídolo surgiera, ya que la llegada de Místico, ahora Carístico, cambió por completo el panorama de los encordados, pues fue gracias al luchador de Tepito, Ciudad de México, que este deporte se colocó entre los favoritos y más practicados de México.

Con lances sobre la tercera cuerda, llaves con movimientos acrobáticos, campeonatos en su cintura y máscaras de rivalidades concluidas en sus vitrinas, fue como el “Seminarista de los Ojos Blancos” se ganó a los aficionados, consagrándose como uno de los máximos referentes a nivel mundial.

“La verdad, yo nunca me imaginé llegar hasta donde estoy. Nunca me imaginé ser el boom de la lucha libre. Nunca me imaginé ser el estandarte de una empresa tan grande que siempre he admirado y mucho menos me imaginé que iba a despuntar con tantos personajes, porque lo que hice como Místico lo hice con Sin Cara, Myzteziz y ahora Carístico y con esto queda demostrado que el luchador hace la máscara y no la máscara al luchador, pero sobre todo sé que esto se logró gracias a mi amor a la lucha libre”, explica el luchador del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) a Reporte Índigo.

No obstante, y aunque ese respeto que le tiene Carístico a la lucha libre viene desde casa gracias a su padre, Dr. Karonte, el “Ídolo Mundial” acepta que en un momento de su vida pensó en dedicarse mejor al futbol que a luchar en el ring, debido a que en la infancia le llamaba más la atención estar en una cancha, pero el sueño terminó prematuramente.

“Yo jugaba futbol desde los 12 años y luego empiezo a ver el futbol de manera profesional en el futbol rápido, ya que fui seleccionado Sub 17, y eso no muchos lo saben, inclusive recuerdo que mi papá me invitaba a entrenar lucha, pero él quería que yo me dedicara a otra cosa, no a la lucha libre, porque él no quería vernos sufrir, y bueno, puedo decir que así fue durante un tiempo.

“Sin embargo, esta etapa que te cuento del futbol termina muy pronto porque al momento que yo comienzo a buscar más oportunidades para llegar a un equipo, pues no se me dan, se me cierran las puertas y ahí fue que yo decido dedicarme de lleno a la lucha libre, pero como mi papá no estaba muy de acuerdo y es cuando yo me voy a entrenar con Fray Tormenta”, menciona.

Llevar la contraria a sus padres y seguir su instinto le funcionaron en cada paso que dio a su carrera, pues, aunque le cuesta creer que se ha ganado el derecho de ser llamado leyenda, acepta que todo lo que tiene es gracias a la pasión que provoca hacer lo mejor posible su trabajo.

“Para mí es un honor que ya los medios me llamen la ‘Joven Leyenda’ de la lucha libre, se me pone la piel chinita, pero sé que podemos lograrlo todo si le ponemos dedicación y cerebro, yo soy una persona que siempre quiere agarrar impulso, yo soy una persona que donde estoy brinco y camino hacia adelante y ser así es algo que también me ha llenado de satisfacción”, agrega.

Carístico Saldó toda su cuenta

Hasta el momento Carístico ha luchado bajo el nombre de siete personajes, donde a cada uno de ellos los ha puesto en el lugar correspondiente, siendo Místico, Sin Cara y su actual nombre los más representativos, y por lo logrado con ellos, el originario de Tepito acepta que cuando llegue el momento de decir adiós lo hará con la frente en alto.

“Sé que algún día mi carrera va a terminar porque mi cuerpo va creciendo, va a envejecer, pero lo que Dios me dé vida y salud siempre le voy a poner las ganas. El día que tenga que decir adiós lo haré con gusto, porque quiero decir adiós como un grande y retirarme sano, completo, y no con mi cuerpo lastimado. He demostrado que soy una persona que logré tantas cosas y tengo esa satisfacción de que logré más de lo que muchos piensan”, finaliza.