Pierre Nkurunziza, presidente de Burundi, suele armar partidos de futbol los fines de semana, pero el último cotejo que organizó resultó mal, debido a que el entrenador del conjunto rival, Cyriaque Nkezabahizi, y su ayudante, Michel Mutama, terminaron arrestados, tras ser acusados por el mandatario de conspiración, luego de que sus jugadores le cometieron varias faltas que no fueron marcadas.
El supuesto delito que cometió Nkezabahizi se ‘delató’ al momento de reclutar jugadores refugiados congoleños que tuvieron un ‘hostigamiento’ personal con Nkurunziza, pues de acuerdo con él recibió muchas patadas durante el partido, las cuales aguantó para después proceder legalmente un día después.
Diversos reportes indican que algunos de los jugadores no conocían personalmente al presidente, por lo que al verlo lo tomaron como un jugador más en la cancha y fueron ‘intimidantes’ con él, mientras que los jugadores de Burundi que lo conocían preferían apenas si tener contacto contra Nkurunziza.
“Estos congoleños aparentemente no conocían al presidente Nkurunziza, porque lo intimidaban fuertemente, lo atacaban cada vez que tenía el balón y lo hicieron caer varias veces”, explicó un testigo a la agencia AFP.
