“No quiero sentirme una persona de segunda”. Con esa frase, Anna Muzychuk terminó de argumentar los motivos que la llevaron a tomar la difícil decisión de no participar en el Campeonato Mundial de ajedrez que se celebra desde hoy y hasta el 30 de diciembre en Arabia Saudita.
Su decisión toma más relevancia porque Muzychuk es doble campeona del mundo y será la gran ausente de la competencia de ajedrez más importante del año. Anna, de nacionalidad ucraniana, explicó en una publicación en su cuenta de Facebook que, aunque le resulta doloroso, el trato hacia la mujer en el país árabe va en contra de sus principios.
“En pocos días voy a perder mis dos títulos mundiales, uno a uno. Solo porque he decidido no ir a Arabia Saudí; por no jugar con las reglas de otros, por no llevar abaya, por no tener que ir acompañada cuando estoy en la calle y, en resumen, porque no quiero sentirme una persona de segunda”, se lee en la publicación.
“Hace exactamente un año gané esos dos títulos y era la persona más feliz en el mundo del ajedrez, pero ahora me siento muy mal. Estoy preparada para luchar por mis principios y saltarme esa convocatoria, en la que podía haber ganado más que en una docena de competiciones juntas”.
En Arabia Saudita las mujeres no pueden salir de sus casas si no lo hacen acompañadas de un hombre, al cual llaman “mahram” y tiene un papel de guardia o tutor. El mahram merece todo el respeto de la mujer a su cargo y cualquier actividad que provoque “su deshonra” debe ser castigada.
En ese país de medio oriente, las mujeres tienen estrictamente prohibido salir a la calle mostrando algo más que su rostro, aunque la mayoría usa un velo que sólo deja al descubierto sus ojos.
Para las mujeres extranjeras que visitan ese país, la regla se “suavizó” y sólo deben utilizar una abaya, la cual es una prenda que cubre desde la cabeza hasta los pies.
En el caso del Campeonato Mundial de ajedrez, las autoridades determinaron que las competidoras no estarán obligadas a usar el hiyab, es decir, el velo que usan las mujeres practicantes del islam, pero tendrán que respetar un código de vestimenta que las orilla a usar pantalón y blusas que cubran brazos y cuello, además de la abaya.
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“Todo esto es muy molesto, pero lo más decepcionante de todo es que a casi nadie le importa”, escribió la ajedrecista profesional. “Es un sentimiento realmente amargo, pero no lo suficiente como para que cambie mi opinión y mis principios”.
La decisión de Anna fue respaldada por su hermana Mariya, quien también es ajedrecista y decidió no hacer el viaje a Arabia Saudita.
El año pasado el Campeonato mundial de ajedrez se llevó a cabo en Irán, en donde las mujeres también tuvieron que usar prendas específicas y cumplir con códigos de vestimenta estrictos.
