La única relación entre Tom Brady y los Bucaneros de Tampa es que 2002 fue la temporada en que el quarterback no pudo llevar a Nueva Inglaterra a postemporada (en 2008 los Pats tampoco clasificaron, pero Brady no jugó ese año por lesión) y el Super Bowl fue ganado por los de la Florida.
Con nueve temporadas perdedoras consecutivas, nadie pondría a los Bucaneros como favoritos para, siquiera, jugar en enero, pero tener en su roster el nombre de Tom Brady les da bonos y en algunas casas de apuestas hay quien los pone como los ganadores del próximo Super Bowl.
Sin embargo, la gran incógnita es qué versión de Tom Brady se verá en el Sur de la costa Este, pues su última temporada con los Patriotas no fue nada espectacular en cuanto a números, aunque eso se debió a que se quedó sin receptores de confianza, lo cual no sucederá con su nuevo equipo.
Con 43 años y deseos manifiestos de jugar futbol americano hasta los 45, Brady llega con la misión de desbancar a uno de sus grandes rivales, Drew Brees, y los Santos de Nueva Orleans de la cima de la división.
Desde su debut, Tom Brady ganó 219 juegos con los Patriotas, mientras que en ese periodo Tampa solo tuvo 128 victorias, así que considerar que el futuro inmediato de los “Bucs” depende totalmente del veterano ganador de seis Super Bowls es totalmente cierto.
Sin el cobijo de Bill Belichick, “TB12” se enfrenta a un escenario desconocido en su carrera; sin embargo, su llegada a Tampa Bay ayudó para que uno de sus mejores socios, Rob Gronkowski, saliera del retiro para unirse a su amigo, aunque no es garantía de que funcione, pues un año inactivo y un largo historial de lesiones no son su mejor carta de presentación.
Nueva filosofía de Bucaneros
El que es considerado el mejor mariscal de campo de todos los tiempos tendrá que adaptarse a un nuevo estilo de juego, pues no podrá seguir cuidando el ovoide en un equipo que ni siquiera tiene definido quién será su corredor titular.
La contratación del coach Bruce Arians en 2019 le cambió la cara a Tampa, al aplicar una estrategia muy agresiva en pases profundos, y aunque se colocaron como la mejor ofensiva aérea, no todo salió como esperaban
Brady llega para suplir a Jameis Winston, quien el año pasado entendió a la perfección la idea de Arians y no tuvo problemas para lanzar cuántas veces se podía, el detalle: que así como consiguió más de 5 mil yardas y 33 touchdowns, tuvo 30 intercepciones, siete devueltas hasta la zona de anotación.
Con la confianza de que Brady podrá seguir esa filosofía aérea de Arians sin cometer tantos errores como Winston, Tampa mantuvo a su pareja de receptores estelares, Mike Evans y Chris Godwin, quienes desde los entrenamientos lograron hacer “match” con el veterano mariscal de campo.
“Ya es uno de mis compañeros favoritos y solo hemos tenido algunas prácticas juntos, así que eso dice mucho. Aprendo de él y ojalá podamos hacer algo increíble este año”, asegura Mike Evans.
A la defensiva, Tampa cuenta con estelares como Ndamukong Suh, Jason Pierre – Paul, Shaq Barrett, Vita Vea, Lavonte David, Devin White, Carlton Davis y Justin Evans, por lo que esa zona estará fortalecida y a la espera de tener que enfrentar menos intentos de pase como ocurrió el año pasado por las intercepciones de Winston que dejaron a los rivales en posiciones de peligro.
A pesar de la edad de Brady, la apuesta Bucanera luce para funcionar, el problema será si el histórico quarterback no logra acoplarse, sufre alguna lesión o su línea ofensiva no le da la protección suficiente, pues alguno de esos factores podrían derrumbar el proyecto de “TB” con el más famoso “TB”.